viernes, 11 de diciembre de 2015

Noria

En la noria de tus brazos doy vueltas y más vueltas perdiendo tierra, paso y norte, perdiéndome en un vaivén sin control de lo que es, sin más.
En los recovecos de tu pecho recupero el equilibrio, descanso, llego y me quedo, encuentro mi hogar, mi patria, el paraíso perdido. Tu piel es tierra fértil, perfumada de sí misma, donde siembro mi huellas, mis sueños, mi delirio derramado.
Tu respiración dormida, intensa y serena en mi nuca señalan el punto cumbre y cúspide del aquí y el ahora, en donde todo lo demás desaparece. Todo se concentra en la constelación que forman mi cuello y tu aire.
Nuestros meñiques se funden también en ese punto donde se condensa la vida-
Te hago hueco para que te poses, y vibres si quieres y dances para después dormirte de nuevo, así tan cerca, sin miedos ni centímetros que separen. Me hago cuna para que sueñes que me amas.
Y luego te sigo mirando de perfil y de soslayo, de pasada y de frente, cuando sales de la ducha y cruzas fugaz, cuando no estás, cuando regresas. Cuando regreses.

viernes, 20 de noviembre de 2015

Si comprendieras lo que es la paz

"Si al menos tú en este día comprendieras lo que conduce a la paz..." Lc 19, 41
Parafraseando el evangelio de hoy.
Habrá que recuperar una de tantas frases hechas que solemos compartir por estos lares y similares:
La paz nace de la justicia. "La paz y la justicia se besan" que nos dirá el Salmo 84.
Y tendremos que dejar de teorizar sobre ello y dejar de apuntarnos al sentimentalismo casposo y creérnoslo de verdad. Que la solución a la guerra y a la violencia, no es más guerra y más violencia, que no son bombas, ni alianzas para bombardear. Que la única solución es la justicia y que la justicia pasa por dejarnos de dobles discursos morales. A saber:
- Queremos el fin de la violencia mientras que seguimos fabricando y vendiendo armas a "los violentos".
- Señalamos como los malos de esta película de ficción mientras, bajo cuerda y por encima de ella les seguimos comprando petróleo.
- Nos interesa que se peleen porque a "río revuelto ganancia de pescadores". 
Para que haya justicia los gerifaltes de esta historia tienen que dejar de seguir embolsándose los millones de lo que sea a costa del pueblo sin futuro.
- Que sean los pueblos los que decidan cómo tienen que gestionarse sus propios recursos.
- Que se potencien otras energías aparte del petróleo. (Y de camino le hacemos un favor a nuestra madre tierra, que sería la mayor justicia de todas).
- Que se tengan en cuenta las minorías culturales, y religiosas, que se revisen la fronteras hechas con papel y boli de intereses espúreos. 
Hacer justicia será tener un nuevo modelo de integración social a dos bandas, donde el recurso de barrio guetto se acabe. Donde se le dé real protagonismo en la construcción de la ciudadanía a las personas inmigrantes de primera, segunda, tercera generación. 
Hacer justicia pasará por un diálogo interreligioso eficaz, afectivo, buscando lo común. Tendrá que haber mensajes contundentes de los líderes religiosos, mensajes de unidad, de tolerancia al diferente.
Por último (por último con respecto a este discurso mío, porque quedarían muchos otras cosas), no se puede olvidar que una de las causas fundamentales de que tantos jóvenes se estén alistando al bando del terror, no sólo tiene que ver con sus condiciones socioeconómicas sino con una radical ausencia de referencias morales, filosóficas, espirituales.
Incido en esta última porque en este caso, lo pretendidamente religioso no tiene nada que ver con lo espirtual. Es necesario volver a dotar de sentido porque el sentido perdido es una de las causas fundamentales para apuntarse a cualquier tipo de ideología nociva y perniciosa.
Es fundamental recuperar la dimensión profunda del ser humano, si no todo será ideología y no habrá más que lucha de unas contra otras. Y, ojo que, incluso la búsqueda de los derechos humanos y de la misma justicia puede convertirse en mero discurso ideológico si no está apoyado en una auténtica profundización en nuestra esencia como seres humanos. Sólo desde ahí se podrá ir proponiendo, sugiriendo. El diálogo que tenga como base esa esencia común a todo ser humano será el único válido para seguir construyendo, para que se acabe el odio y la violencia.

Como vemos, muy al contrario del empleo del recurso rápido y visceral de responder con más violencia, la tarea que se nos ha encomendado es lenta, ardua, y exige una inteligencia emocional y espiritual a las que sólo se accede desde el silencio compartido y la palabra que nace de él, desde volver a hundir las manos en las raíces que nos sostienen.
Si realmente comprendiéramos lo que significa la paz...

jueves, 5 de noviembre de 2015

Las dos colas


En estos días de escapada madrileña, de risas, encuentros, hojas ocres en los árboles y en el suelo, de rastro en la Latina, de café en Malasaña... hay algo que se suma al paisaje urbanita en el que te sumerges más o menos conscientemente y dependiendo de la zona por la que camines: la gente con la que te cruzas, multitud de personas comprando o viendo lo que quisieran comprar. De la sociedad de consumo no hay quien nos libre, forma parte de tejido social y del mismo diseño paisajístico de los centros de las grandes ciudades.
En estos tropiezos nos damos de bruces con la recién estrenada Primark de la Gran Vía. Nos cuenta un amigo que en la inauguración había estado hasta cortada ésta, la más conocida de todas las calles madrileñas, con furgones de la policía incluidos. 
Lo asombroso es que observamos que para poder acceder a la tienda, asentada en un precioso edificio de la citada calle, hay una cola enorme que lo rodea incluso por la calles aledañas. Vallas que separan, y por lo menos unas 15 personas, entre guardias de seguridad y empleados de la multinacional que van tratando de guardar el orden. Todavía más llamativo es que a la gente se le da un ticket de acceso para poder entrar, supongo que un número o algo similar. Poder pasar por la acera donde se sitúa es prácticamente imposible, la cantidad de gente con bolsas con la propaganda de la tienda es incontable. En estas "cavernas" del consumo poco queda que te sorprenda, pero esta visión de "cola para entrar" como si se tratara de un museo, un concierto o un espectáculo de danza resulta abrumador.
Y es que el consumo llega a convertirse en espectáculo por si mismo. El placer de comprar barato, comprar por comprar aunque no se necesite y por supuesto sin cuestionamientos sobre el origen de la ropa (fábricas en países como Bangladesh, donde la condiciones laborales rozan la semiesclavitud) rellena una especie de vacío existencial. O quizás hace de falso relleno, porque el hueco sigue estando. No vamos a entrar en un análisis de las insatisfacciones de nuestra sociedad contemporánea, pero en ellas, la acumulación de objetos ocupa un lugar compensatorio enorme y peligroso. Tampoco entraremos en valoraciones éticas sobre las artes y mañas que permiten que estas marcas en concreto vendan la ropa tan barata.
Luego, quisimos entrar en la exposición de Kandinsky en el edificio Plaza Cibeles y también había una gran cola. Los efectos de esperar una cola, sea la que sea, abarcan un amplio espectro de sensaciones y experiencias más o menos gratificantes. El "espectáculo" que se ofrece en las dos a las que nos estamos refiriendo es bien distinto en cada una de ellas. Sin entrar a juzgar ni a calificar el beneficio del sacrificio de la espera, yo me sigo quedando con el segundo. Porque el arte, sea del tipo que sea, bien merece una cola.


sábado, 24 de octubre de 2015

El canto de Déborah


En la invitación al silencio profundo, podría parecer un insulto a los oídos, una molestia pertinaz que rompiera el ambiente creado. En el acompasado ritmo de la respiración consciente, del placer de sentir la vida que se mueve dentro, tu voz pudiera parecer estentórea... en lo sagrado de ese aquí y ahora, el insistente gorgoteo de tu garganta pudiera desentonar.
Pero no ha sido así. Precisamente el Misterio ha asimilado tu sonido como el mejor de los cantos, haciéndolo suyo, suave y expresivo. Es más, ha sido la forma en la que el Espíritu esta tarde se ha expresado, desapareciendo la dualidad entre el silencio y tu canto, siendo ambos una sola cosa- Ni siquiera el suave murmullo del agua de la fuente ha competido contigo en dulzura y ternura. Al contrario, te ha cedido el puesto.
He querido saber qué querías decirnos desde tu inocencia abstracta y bella, diferente, desde tu peculiaridad perenne y de moldes rotos. Pero no, no has tenido nada que decir. Tan sólo has cantado el canto profundo de los que ven a Dios, inefable, y en el que la mente se diluye sin contenido.
Quiero agradecer tu voz en el silencio porque nos has demostrado hoy que no hay distancias, no hay dos cosas contrapuestas: silencio y sonido, lo normal o lo anormal, lo que vale o lo que no vale... sino una sola expresión de la Vida que se manifiesta en su belleza y esplendor como quiere.

martes, 22 de septiembre de 2015

Sin identidad

A raíz del episodio de Uma Thurman en un bar sevillano disfrazándose de Virgen con corona y manto, leía el comentario de una de tantas personas que se ha sentido escandalizada por el comportamiento de la actriz. En su escrito afectado y dolido, apuntaba a la gran falta de respeto de esta mujer a nuestra identidad sevillana. Y yo me preguntaba sobre quien define lo que es mi identidad, ¿hay alguien con suficiente autoridad o conocimientos para apuntar lo que es identitario?, ¿más allá de notas culturales características, discutibles también, se puede imponer lo que constituye una identidad?. Creo que es necesario hacer una revisión de este concepto en estos tiempos que corren en los que unos enarbolan la bandera de la identidad de un pueblo en contraposición a otras identidades. Posiblemente esta persona, el que reclamaba la identidad "cofradiera" para los sevillanos, también estaría en contra de los que reclaman una identidad cultural, lingüística, histórica como base para la lucha independentista. Sin embargo, la base de ambos reclamos es la misma y puede ser igualmente perversa.
Buscando definiciones de "identidad" nos encontramos con que el contenido semántico está definido desde la contraposición con el otro o lo otro. O sea, la identidad es aquello que nos diferencia del otro o de los otros. Sería el conjunto de características propias que nos hacen único y diferente a otro sujeto o grupo de sujetos con sus propias características. Esto, en el proceso madurativo psicológico de la persona, según los expertos, es algo esencial. El niño necesita diferenciarse de la madre con la que se identifica en sus primeros estadios. Necesita ganarse su identidad, conquistarla en su proceso de individuación. 
Entiendo también que un conjunto de características comunes a un conjunto de personas puede darle una peculiaridad con respecto a otro grupo contrapuesto, pero aquí viene el peligro. En primer lugar, ese conjunto de características es accidental,  son avatares históricos, circunstanciales, y desde mi punto de vista no pueden llegar a constituir una base sólida, con pretensión de absoluto, y mucho menos de esencia de un pueblo. 
Eso no indica que el afecto de un conjunto de personas por esas notas "identitarias" no sea legítimo, pero nunca podrán enarbolarse ni como aspectos cerrados que me diferencian en esencia del otro, ni mucho menos como aquello inalienable y "sagrado" que merezca todo el respeto, como si de la dignidad estuviéramos hablando.
En segundo lugar, ese conjunto de notas características de un pueblo está sujeta a la misma evolución de la historia, de la cultura, etc. Tratar de conservar intactas tradiciones, modos, maneras de disfrutar, arte, expresión es pervertir el mismo concepto de cultura. 
Si la identidad de un pueblo tiene que ver con determinados aspectos culturales discutibles y sujetos al mismo proceso histórico me bajo del carro. Me desapunto de cualquier intento de domesticación de lo que soy o me considero. Si ser sevillano implica ser cofradiero y ofenderse cuando "atentan" contra aquello que constituye tu identidad como tal, me "desapunto" de serlo. 
Esto, llevado a uno de sus extremos puede volver a traer aquella ocurrente idea del "contrato de integración" que proponían algunos partidos políticos referido a las personas inmigrantes. Siempre me preguntaba si los obligarían a beber gazpacho, comer paella, bailar sevillanas o vestirse de mañico por la fiesta del Pilar. 
Sin renunciar a mi historia, a mi lengua, a mi acento, a disfrutar de mis fiestas y paisajes, a nuestra manera de disfrutar de la vida y de entender el ocio... sin prescindir de todo aquello que contribuyó a lo que somos y sintiéndome orgulloso de ello... No pretendan convertir nada de esto en algo inamovible, en nota esencial de lo que soy, no me obliguen a "identificarme" con aquello que no quiero. 
En eso está la base de los totalitarismos, de los nacionalismos, de los independentismos. El "somos distintos en esencia" es altamente peligroso pues nos sitúa enfrente o por encima del otro. Creo que es hora de que hablamos más de lo que nos une que de lo que nos diferencia. En los tiempos que corren hablar de la esencia común no puede ser mala pedagogía.

Más allá de esta reflexión no está mal volver a considerar que la sorna, la burla de símbolos religiosos que para algunas personas constituyen objetos o representaciones relacionadas con lo sagrado sigue siendo una auténtica falta de respeto. Ya di mi opinión con respecto a las caricaturas de Mahoma del Charlie Hebdó y en este asunto, salvando las distancias, pienso lo mismo. La libertad de expresión no está por encima del respeto a aquello que pertenece la iconografía religiosa de un colectivo. (Otro tema de reflexión interesante sería la identificación de lo sagrado o lo trascendente con una corona o un manto, pero no es el caso.
Todo esto, más allá del mál gusto de la señora Uma Turman. 

miércoles, 16 de septiembre de 2015

Los burgueses de Calais: La última frontera

Documental de mi amigo Jesús Armesto con el que he tenido la suerte de acercarme de nuevo a las fronteras, en este caso a las del norte. En la ciudad de Calais, existe "the jungle", un campamento de lonas y plásticos en el que más de 4500 sobreviven como pueden con el único sueño de pasar a Reino Unido para vivir una vida mejor.

LOS BURGUESES DE CALAIS, LA ÚLTIMA FRONTERA. -TRAILER- Subtitulado español from ALMUTAFILM on Vimeo.

lunes, 24 de agosto de 2015

Afortunadamente para muchos nunca fueron necesarias semejantes reflexiones ni consideraciones. La apertura a una realidad circundante que no tiene por qué asustar, la consideración de la propia fragilidad y la certeza de pertenecer a la corriente de ternura y compasión del Dios-Amor hacen que estas explicaciones suenen hasta ridículas. Para otros, la propia praxis pastoral hizo que se cayeran estas absurdas barreras... Pero como, increíblemente, hay otros muchos para los cuales la ley y la norma siguen siendo el criterio de actuación y que se están poniendo de parapeto para que la Iglesia no dé el salto desde su involución a la apertura a los signos de los tiempos, quizás sea necesaria una carta como esta. (Con la que no estoy de acuerdo tampoco en todos sus términos, pues, pretendiendo poner la misericordia por encima de la ley, cae en un exceso de pretendida lógica y raciocinio. La compasión no necesita tanta justificación. La compasión, siendo una manifestación del amor, simplemente es y no necesita razones).
Afortunadamente también me siento fuera de estas discusiones "ad intra". Hace tiempo que elegí el "ad extra". Pero si esta carta y petición sirven para algo, ahí las dejo.


https://www.change.org/p/a-las-personas-de-buena-voluntad-firmen-la-petici%C3%B3n-al-papa-y-al-s%C3%ADnodo-para-que-permita-acceder-a-la-comuni%C3%B3n-a-los-divorciados-vueltos-a-casar?recruiter=false&utm_source=share_petition&utm_medium=copylink

Poema a los que van y vienen

Poema a los que van y vienen (Parafraseando "In our tears" de Secret Garden)

En nuestras lágrimas va nuestro canto.
Cómo cantar en tierra extraña, extraños como somos de ojos y de miradas.
De historias y de nombres.
Muchedumbre somos ingente para muchos
gente que vamos y que pasamos
a la que se nos ve y a la que se nos deja de ver.
Que molesta un minuto de soslayo.
Nuestras lágrimas son nuestro pan
sustituto del que dejamos de trigo, centeno y maíz.
Nuestro corazón está roto de rajas en los muros de nuestras casas
de caminos y horizontes rotos.
Sólo tu palabra es lámpara para nuestros pasos,
palabra que brota desde el silencio de nuestros ancestros
que también caminaron haciendo senda.
Y el camino se hace estancia, de plásticos y aranceles,
de gases y de espinos.
Mientras los que entienden hablan y concretan
sin saber de fondo, sin sentir de cerca.
Y somos número, cálculo, estadística, masa, categoría
y dejamos de ser hombre, niño, mujer, persona.
Ten piedad de nosotros
Ten piedad de ellos.
Ellos y nosotros. Quién puso la barrera?
Veníamos de la gran tribulación y nos difuminamos en amasijo.
Danos la paz
Devuélvenos el ser, la carne y su aliento.
Danos la paz
Ten piedad de nosotros.
Ten piedad de ellos.

lunes, 10 de agosto de 2015

El agua que une

El agua que une.

Aunque no sea transparente y cristalina o quizás por eso mismo, estar dentro del mar rodeado de personas de los 5 continentes provoca una sensación extraña, positivamente rara.
Y es que es lo único así que ha podido llamarme la atención de la playa de la Malvarosa en Valencia. Desacostumbrado de las playas convencionales y mucho menos de las de grandes poblaciones de las que trato de huir casi por alergia, quizás, estos días me he vuelto más observador del aporte que tal situación podría suponer a mi experiencia. Y ese ha sido. Hindúes bañándose con sus saris, africanas con sus pelucas, latinoamericanos con su ruido gozoso y muchos europeos, sobre todo italianos y franceses (por supuesto españoles también). Todos y todas exprimiendo el gozo de mojarte en estos días terribles de calor. Juegos, bromas, risas, salpicones, gritos... Y así, de sopetón, podías verte rodeado de gente con 4 ó 5 tonalidades diferentes de piel. Una verdadera gozada para los que creemos que la diversidad es riqueza.
Pareciera como si el mar desdibujara los fronteras que se señalan en la misma ciudad en la que seguramente todos pernoctarían, barrios diferentes, bares diferentes, espacios en el parque diferentes... Sin embargo aquí nadie se cuestiona nada. Dos metros cuadrados rellenos del agua mediterránea en los que se producen los choques evidentes de los movimientos de las olas, de los intentos por nadar, de jugar, etc. Es como si el agua uniera lo que parece condenado a estar separado en otros entornos más naturales al ser humano. (Habrá muchos que evidentemente incluso huyan de estos contextos).
Era agradable observarlo y sentirlo...
... Bien es cierto que cada mochuelo en su olivo, o cada persona o grupo humano en su porción de agua determinada aunque estuvieras casi rozándote con el del otro continente... Y es que a pesar de lo dicho, falta el siguiente paso. Que el blanquito rubito mire a los ojos al de piel aceituna, y se pregunten los nombres y quizás las risas empiecen a ser por la misma chorrada acuática. Nadie conoce a nadie. Los sonidos del aire parece que dicen lo contrario, pero no es así. Todo se facilita para que sea, pero: "a mí déjame mojarme con los míos". Y dentro del mar, es como que casi, pero como que no.
Y se me ocurren que en esos contextos tan distendidos y a la vez tan necesarios sea para quien sea, podrían ser tan propicios para que se diera una real y efectiva interrelación más allá de las barreras culturales, raciales, religiosas... Nuestro reto está en pasar las fronteras de la mera tolerancia, primero para que no pase lo de los barrios de Francia, de EEUU, de Reino unido. Pero habrá que ir más allá, no sólo para que no ocurra el conflicto, sino para que se dé el descubrimiento del regalo que es el que en principio se muestra como diferente... el reto, decía, está en buscar los espacios donde se traspase esa barrera psicológica del rechazo, del miedo o de la precaución al "distinto". Espacios que favorezcan el mirarse a los ojos, aprender los nombres y las historias del otro, caminar juntos, soñar juntos, mojarse el uno al otro...

Quizás tengamos que meternos en el mar.

domingo, 19 de julio de 2015

Retazos de mística adolescente

4 de octubre de 1996

Ver en tus obras, Señor, las maravillas de tu mano. En todo. Por muy imperfecto que me parezca tengo que aprender a mirar las cosas con tus ojos, ir más allá de la pura apariencia. Observar tus prodigios incluso en lo que me parezca horrible. Tu mano está allí, Señor. Aprender a mirar con ojos de Espíritu y no con ojos de carne. Verte incluso en lo que aparezca ante mí como desagradable. Toda tu creación es maravillosa, Señor, y quiero aprender a verla así. La fealdad se diluirá en la magnificencia de tu presencia en tu obra. Quiero también verte en lo feo.


9 de octubre de 1996

"Sé de quién me he fiado". Gracias, mi Dios, porque estás en mi vida llenando mis huecos. Gracias por tu inmenso amor, porque nunca me dejaste, porque has escuchado mi plegaria confiada. Gracias por el trabajo porque te he reconocido en mi acceso a él. Quiero siempre fiarme de ti. Sigo poniendo mi vida en tus manos, entregándome por entero a ti. ¿De qué tener miedo? Me abandono como un niño en tus brazos. Haz que tenga presente en cada una de mis respiraciones que soy como un frágil vaso de cristal en manos del más cuidadoso de los seres. - Te amo, Señor. A ti toda la gloria. Creo, pero aumenta mi fe. Y así, todo será parsimonia y paz. Quiero abandonarme en la tuya, Señor. Cuida de mí y de ellos. Hazme un buen transmisor de tu amor. Te los entrego a todos y los pongo en tu corazón misericordioso. No quiero tener miedo, todo lo pongo en tu eternidad para que se diluya en tu serenidad. No quiero olvidarte, Señor. Que cada latido de mi corazón me indique que sigues conmigo; así todo será más fácil. Gracias, Señor, porque siempre me escuchas. Te amo, mi Dios. "Señor omnipotente, dichoso el hombre que confía en ti". Sal 84


20 de octubre de 1996- Casa de la misericordia- 01´40A.M.

Tu olor que impregna los poros de la capilla me recuerda la suavidad de tu amor. Quiero sentirme pequeño en tu luz y que el pudor me corte la respiración al verme profanando tu templo. Quiero contemplar mi pecado y destruir el gigante de papel que he inventado. Quiero llorar mi culpa, Señor, en tu presencia y verme como soy. Un intruso impuro en tu sagrada casa. ¿Cómo puedes vivir en mí si no te he preparado una digna morada? ¿Cómo puedes ser mi sangre si no soy humilde de corazón? Y me sigues mirando con una complicidad sin peldaños, con una mirada al mismo nivel. Soy nada y aquí estoy, con el Todo Infinito delante de mí y sin que mi corazón lata hasta reventar. ¿Cómo me atrevo a sostener tu mirada sin que el sol me deje ciego? ¡Qué suavidad la de tu aroma, Señor!.


23 de octubre de 1996

Señor, hoy quiero que seamos como otras veces esa conjunción maravillosa de tu ser y mi pequeñez. Deseo abrazarte para sentirme respirar. Quiero dejara atrás estos días en los que sólo el roce ha sido posible. No sabes, después de saborearte, lo difícil que es no sentirte. Lo sabes lo que te necesito. De nuevo, el gozo de tu Espíritu me asalta y me hace recordar que sigues, que no te has ido. Te amo, mi Dios, y quiero demostrártelo en mis hermanos. Hazme mejor, Señor, cada día. Quiero dejar atrás mi mediocridad y ser del todo Tú. Quiero que sigas salvándome de mí mismo, de mi yo con mis miedos, quiero que tu Espíritu obre tu salvación. Te necesito, mi Dios.


25 de octubre de 1996

No quiero ser yo, Jesús; que seas tú quien respire en mí. Quiero verme crucificado en ti, derramando a raudales el amor de tu Espíritu. Quiero morir continuamente a mí mismo para que vaya quedando menos de mí y más de ti, Señor. A través de mis ojos, quiero mirar con tu mirada, oh Cristo, a mis hermanos lo más pobres. Sé mis manos y mi fuerza. Sé mi aliento y mi vivir. Quiero que seas en mí, Jesús, para que no sea yo sino tú.


27 de octubre de 1996

Padre que estás en el cielo, por el Espíritu de tu Hijo puedo llamarte así. No soy yo sino él el que grita tu nombre. Abba, Padre. Como un hijo quiero estar sumiso a tu voluntad; envuélveme en tu ternura; sentirme escondido en tu protección. Quiero heredar tu Reino, que me inunde tu gracia. Amén.


5 de noviembre de 1996

Quiero encontrar ese lugar cómplice, esa burbuja insonora, silenciosa que nos acoja en su quietud. Que pare el sonido del aire y el canto de las olas de aquella playa. No quiero ni siquiera oír la brisa ni el río, pues ajenos profanarían nuestra unión. Que sólo queden el latir de nuestros corazones para que llegue el momento en que perdiendo sus propios ritmos se hagan un solo sonar. Que solamente queden nuestras miradas y mis lágrimas en su trayectoria hasta perderse en el vacío por sentirme de nuevo tu pequeño.

Más allá de las letras

Más allá de unas letras.

La expresión escrita siempre ha sido una manera privilegiada para los que somos tímidos y tenemos cosas que comunicar. La lectura y la escritura han sido vía de escape, construcción de un universo, manifestación de lo que vivía con toda su profundidad y seriedad. Cuando tenía un ambón por delante me limitaba a transmitir aquello que previamente había brotado fluidamente de manera casi automática. He sentido siempre que había un empuje vital en lo que escribía y muchas veces me ha servido para narrar la experiencia inefable de lo que era más interior que yo mismo.
Cuando surgieron las redes sociales pude hacer público mucho de lo que tenía y de lo que surgía de dentro. Blog, facebook, twiter se convirtieron en un nuevo púlpito con sus ventajas e inconvenientes. Porque también surgió en mí la necesidad de la opinión, no sólo de la expresión de la vivencia interior o de la exhortacion espiritual o de compromiso. Los duros tiempos de la indignación política, mi despertar a esta dimensión, la implicación en la lucha social en la defensa de los derechos humanos, etc. alimentaron en mí el deseo de expresarme también en estos terrenos.

Últimamente reflexiono bastante sobre ese hecho, porque no sé hasta qué punto trae más bien que mal. Y es que observo lo siguiente:
Los tiempos que corren hace que las posturas ideológicas se enarbolen con más vehemencia. Hay gente a la que estimo, a la que considero de gran calidad humana que piensa de manera diferente. Eso es una riqueza. Si creo que la variedad cultural y religiosa lo es, no lo va a ser menos la política. Eso no quita que a veces me enerven determinadas publicaciones o comentarios (muchos de ellos me parecen que engrosan una sarta de opiniones que caen en un alarmismo infantil y sin fundamento). Sin embargo opté hace mucho tiempo por no entrar y opinar. A veces lo he hecho cuando se trataba de acciones que tocaban los derechos fundamentales de las personas.
Pero mi reflexión va más allá. Definitivamente el debate en estos lugares no es productivo y a veces deja de ser hasta humano. Las redes sociales como medio de expresión me parece que son una herramienta que bien utilizada puede llevar a mayores cotas de compromiso. Pero el debate ideológico siento que aleja. Y me estoy refiriendo no un debate necesario, desde la madurez y, si es posible, desde la serenidad... pero,  ¿eso puede darse por aquí?
¿Qué interviene en estas redes cuando comentamos en la contra a un conocido o amigo sobre algo que ha publicado y referido a la política? ¿Qué falla en esa comunicación? ¿Qué cosas no se dan?
Evidentemente la comunicación no verbal es fundamental, el ver el rostro del otro al que aprecias, al que conoces, su voz que te es familiar, sus gestos, su mirada... Eso dulcifica la intensidad ideológica, la irascibilidad que se crea por planteamientos contrarios.
A veces, cuando entro en esos debates por aquí, me doy cuenta de que ya he dejado de tener delante a la persona real y el interlocutor se convierte en algo impersonal que simplemente me está llevando la contraria. Ahí el ego se dispara mucho más, se ofusca, se vuelve irascible, ataca, usa la ironía y la comunicación pierde su dimensión fundamental, precisamente de eso, llegar a un entendimiento. Y nos convertimos en dos o tres "egos" a ver cual de ellos suelta la frase más ocurrente o que deje al otro callado o en ridículo.
La dialéctica es connatural a la democracia, pero hay que saber debatir. Hay que hacer un ejercicio previo de situarse en el papel del otro, empatizar, hay que saber escuchar, incluso hay que ponerse en el caso de que quizás el otro pueda tener razón. Eso es complicado hacerlo cara a cara, se necesita un bagaje y una predisposición que no se inventan del día a la noche. Para escuchar de verdad hay que, incluso, desposerse de la "propia verdad" durante el tiempo en el que el otro habla. Si eso es complicado en el tú a tú, imaginaros en estos sitios.
Últimamente y después de ciertos debates por aquí, me he sentido algo más lejos de gente a la que quiero. Y me niego a que eso pase.
De momento quiero negarme también a no poder opinar, a expresar lo que siento. Ya me cuido bastante de no apoyar directamente a ninguna formación o a criticar sin más a algún político ironizando sobre él. Pero no sé si tengo que dar algún paso más.
En esta sociedad convulsa tenemos el reto de no dividirnos a causa de la ideología. La ideología es construcción de la mente, dirigida por el ego. Necesaria para dar cuerpo y constructo a organizaciones que crean la política (la política en su sentido originario y primordial es algo fundamental para la construcción de la sociedad), pero sin olvidar que no es más que eso, un conjunto de ideas que pueden ser instrumento pero que hay que traspasar, trascender cuando se pongan en juego otras cosas como la lucha real por la justicia, el codo a codo, la tolerancia, el ser capaces de construir juntos una sociedad mejor.
La devoción y adoración a una ideología lleva al fundamentalismo y ya sabemos las consecuencias de esto.

lunes, 22 de junio de 2015

Soy Walt Whitman

Impresionante poema del grande de Manhattan en donde podemos observar su esencia, lo fundamental de su amor a lo real, a lo dado, a la materia y a lo sutil. Encantador.

Soy Walt Whitman, un cosmos, el hijo de Manhattan,
Tormentoso, carnal y sensitivo: como, bebo y engendro.
No soy sentimental ni miro desde arriba a hombres ni a
mujeres de los que no me aparto,
No soy más orgulloso que humilde.
Despojad las puertas de cerrojos,
Sacad las puertas mismas de sus goznes.
Me humilla quien humilla a los otros,
Y nada se hace o dice que no recaiga en mí.
Surge a través de mí la voluntad que crea corrientes y señales,
Yo digo la palabra primera, el santo y seña de la democracia,
Y juro que nada aceptaré si otros no pueden tener lo mismo en iguales condiciones.
Surgen de mí voces acalladas desde hace largo tiempo:
Voces de las interminables generaciones de cautivos y esclavos,
Voces de enfermos y desahuciados, de ladrones y enanos,
Voces de los ciclos de gestación y crecimiento,
Voces de los lazos que unen a los astros, de úteros y de semilla paternal,
Y de los derechos de aquellos a los que oprimen,
De los deformes, vulgares, simples, necios despreciados,
De la niebla en el aire y del escarabajo que arrastra su bola de inmundicia.
Surgen en mí voces reprimidas:
Voces de sexo y de lujuria, veladas voces cuyo velo aparto,
Voces indecorosas que yo purifico y transfiguro.
No me tapo la boca con la mano
Y trato con igual delicadeza al vientre que a la cabeza o al corazón,
La cópula no es para mí más vergonzosa que la muerte
Creo en la carne y en los apetitos,
Ver, oír, tocar… ¡cuántos milagros!, y cada parte de mi ser es un milagro
Divino soy por dentro y por fuera, y santifico todo lo que toco o me toca,
El olor de mis axilas es más hermoso que una plegaria,
Mi cabeza más bella que los templos, las biblias y que todos los credos.
Si hay algo que venere más que a nada en el mundo es
toda la extensión de mi cuerpo o cualquiera de sus partes:
A ti venero, arcilla clara mía,
A vosotros, mis bordes sombreados y mis robustos pies,
A ti, la reja de mi arado masculina y fuerte,
A todo cuanto hay en mí que se siembre y labore,
A ti, mi rica sangre, a ti, jugo lechoso, pálido extracto de fecunda vida,
A ti, pecho que estrechas a otros pechos,
 A ti, cerebro mío, con tus circunvoluciones escondidas,
Húmeda raíz de cálamo, tímida alondra
Con nido recatado de dos huevos gemelos, a vosotros,
A ti, hierba mezclada, enmarañada, en cabeza, barba, cejas,
Savia goteante de arce, fibra de noble trigo, a vosotros,
A ti, sol generoso,
Nublados que alumbráis y oscurecéis mi rostro,
Arroyos y rocíos de sudor, a vosotros;
Vientos que me excitáis con el roce de vuestros genitales, a vosotros;
A vosotros, anchos prados de músculo, ramas de encina,
amoroso holgazán de mis senderos,
Manos que he cogido entre las mías y rostros que besé,
Mortal a quien alguna vez toqué, a ti venero.
Estoy loco por mí, ¡hay tanto en mí de bueno!
Cada momento y todo lo que pasa me llena de alegría,
No sé cómo se doblan mis tobillos, ni sé el porqué de mi deseo más nimio,
Ni el porqué de la amistad que brindo, ni el porqué de la amistad con que me pagan.
Mientras subo la escalera de mi casa me detengo a pensar si no estaré soñando,
La madreselva que crece en mi ventaba me entusiasma
más que todos los libros de metafísica juntos.
¡Y ver amanecer!
La tenue luz consigue que se esfumen las más espesas sombras,
El aire es un hermoso sabor en mi garganta.
Del mundo que se mueve rezuman frescas masas que se
cruzan oblicuas saltando en silencio,
Los grávidos objetos se deslizan errantes hacia arriba y abajo.
Algo invisible eriza libidinosos dardos,
Y mares de brillantes zumos inundan la bóveda celeste.
Tierra y cielo se unen, y de la íntima conjunción cotidiana,
Me llega del Oriente el burlón desafío:
Atrévete, si puedes, a dominarlo todo.

sábado, 13 de junio de 2015

Bello

Preciosa visión que se me regala y que sé que voy a mancillar si intento describirla. Inefable conexión con el Hombre maravilloso que soy. Luminoso, fuerte, desnudo, que se coloca en lo alto de una cima y contempla amorosamente el paisaje que lo conforma y que lo circunda. Cristo Total, bello, que ama profundamente la realidad en su manifestación dual y que hace diluirse la angustia y la frustración. Tres minutos de inenarrable dicha, donde incluso el ruido cerebral pasa a segundo plano adornando la melodía de todo lo que es.
Bello lo que soy. Desde ahí quiero vivir.

lunes, 8 de junio de 2015

Viaje al alma desde las lágrimas.

Desde lo hondo...
Porque en lo hondo es donde te encuentras y me encuentro aunque ahora me sienta tan separado. Bajar de nuevo los peldaños para encontrar en el piso intermedio al niño al que hay que seguir consolando y al que miras con tanto cariño y respeto. Ahí estoy y me sitúo en mí mismo porque ahora te necesito como tú. Como tantos años lo fuimos.
Y en este estado intermedio dual donde somos dos que se aman, tú amante, yo amado, me abandono a mis fuerzas y en las tuyas, como antaño. Quiero descansar de mis años y del deseo, desahuciado como me encuentro de caricias certeras; porque tú sí sabes verme.
Una brisa refresca la estancia que me conforta y empieza a ser suave incluso el dolor.
Me invitas a seguir bajando allí donde eres más íntimo que mi propia intimidad. Lo haces abrazándome, ese abrazo que anoche soñaba con ansías de volver a mi centro. Pero mi centro está en ti y cuando de una vez lo sepa, todo será bueno, y aparecerá, se manifestará lo que siempre ha estado y quizás quien siempre estuvo.
Bajamos donde sólo hay respirar y luz para mirar hacia arriba y ver con ternura el mundo de las formas, la frustración, el abandono y a tristeza. Y respiramos. Y antes de desaparecer me pides que adore y confíe. Que adore la vida también en su manifestación tangible, temporal, relativa. Ella es la historia de salvación donde se ha dado la emergencia de lo real, de tu misterio. Lo eterno manifestándose en lo caduco, en las lágrimas y en la risa, en el deseo y en su frustración. Las dos realidades dándose, una y la otra.
Para adorarte a ti, lo sagrado inefable, tengo que adorar esta carne, estos poros, esta necedad, esta impermanencia, mi contingencia.
Y en mi postración todo se ilumina. Adorando lo que lloro, lo que me pasa, lo que viene, lo que está... aceptando su necesidad, es como se diluye, se transforma, se convierte en lo único real, y dejamos de ser dos, para ser  no dos. Y ya no hay el que llora y el que consuela, sino solo la paz sublime de todo lo que existe, el fondo mismo de lo que es.

domingo, 7 de junio de 2015

Cuatro "noes" en siete.

Vanidad de vanidades...Nada hay, sólo frustración y quiero que esa me engulla para que ni la perciba. Nada es cierto, ni la música ni la luz.
Se me pide que abandone el deseo y la expectativa, maldita esta última palabra que esta noche me provoca nauseas. Ni dios ni mendigo, no soy nadie, nada, pero no la nada mística, el vacío pleno, sino el infierno tragándome.
Y tengo que volver a la cama que ni me duerme ni me acuna y que esta noche, para colmo, huele a esta mierda.
No hay caricias que valgan porque hasta las propias me saben al desatino frenético de la ternura deseada y prohibida. Y no soy capaz de quitarme el perfume que ya no sé a quien pertenece.
Más perfumes, más expectativas, más frustración, más abandono, en el que aprendí a verme y al que atraigo porque no hay nada más. Un cúmulo de historia tras historia, de no acabar de no empezar. Cuatro noes en siete son todos los que quiero, No quiero nada más, ni lágrimas que ya ni limpian el rostro embarrado.
Rostro embarrado, un pequeño que no deja nunca de estar triste. Amasijo de carne en piltrafa. No hay ser, sólo estar, estar de mala manera, estar de vuelta de nada. No aprender, sólo desear una y otra vez. Y no llega y no hay y no existe, no existo ni yo. Ojalá.
Sólo hay una cosa, permitir que esto esté pasando, sin resistencias, igual pasa algo, igual conecto con lo que no hay, o igual me pierdo definitivamente y se acabará el dolor. Y a dónde voy, sin cama, sin manos, sin dermis ni epidermis, con sólo el horrible perfume castigador.
Dejar que pase, dejar que pase y ver qué pasa.

miércoles, 27 de mayo de 2015

Como la sal

Ayer pasaba con la bici cerca de los comerciales de la Gran Plaza en Sevilla. Había un grupo de gente alrededor de lo que me parecía una pancarta. Supuse que era un mitin político con poca gente y me acerqué por curiosidad. Habría unas 30 personas en círculo mirando hacia una especie de ambón, una cruz y a un chico joven que cantaba, los demás lo acompañaban. Rápidamente supe a qué grupo de la Iglesia pertenecían. Su caracterísitico, repetitivo y machacón ritmo con la guitarra los delataba: Pán- Parrampapán- Parrampampán. En la pancarta ponía algo relacionado con la misión.
Justo en el momento en el que me paré pasaron por detrás mía dos personas. Una de ellas, un chico más o menos de mi edad (permitidme lo de "chico"),  decía al pasar con bastante contundencia: "Como si no hubiera en la vida cosas por las que ilusionarse". Yo estuve a punto de decirle que cuánta razón tenía.
Sólo puedo opinar (que no juzgar) sobre la torpeza de esta acción y de otras tantas similares. Queriendo una cosa provocan justamente la contraria. Seguramente este grupo católico pretende, con toda su buena intención, dar un testimonio público de su fe, a ver si la contagian a alguien, sin darse cuenta de que lo que principalmente provocan es el rechazo. (Incluso a mí me pareció algo absolutamente ridículo).
Y vuelvo al comentario de la persona que pasó: Cuántas cosas por las que ilusionarse, en las que poner ímpetu, esfuerzo, vida, ilusión y confianza. Las cosas de la calle de verdad, el trabajo, la asociación de vecinos, el partido político, el grupo de teatro... la justicia en la tierra, el vecino parado, la vecina a la que van a desahuciar, el inmigrante del semáforo, la familia, la vida, las tapas con los amigos, la vida... Cuántos ámbitos en los que dar testimonio, codo con codo con tantos hombres y mujeres, creyentes, no creyentes, de otras religiones, gente en búsqueda. Cuántos foros en los tener una palabra adecuada o un silencio oportuno. Cuántos espacios en los que diluirse dando sabor como la sal.
Sí, porque de eso se trata, de diluirse. Sin complejos, claro que sí, pero sin alardes tampoco, porque aquí nadie tiene la panacea de nada. Y sí, algunos me dirán, "pero, y el tesoro que llevamos... o la Palabra que hierve dentro..." El tesoro es el de la vida a entregar, el testimonio en lo cotidiano, el hacerse presente en las fronteras de nuestro mundo para, humildemente, ver qué podemos hacer con ellas. Y la Palabra no será otra que aquella que da aliento a los abatidos de la historia, sin olvidar que seguimos siendo aprendices de la misma, discípulos.
Otra cosa será invadir, por muy buena intención que se tenga.

24M

Alguien que me acompañaba a las 8 de la mañana en la convocatoria de la mesa electoral (yo, de tercer suplente y por eso puedo contároslo) me decía que nunca había votado (treinta y largos años). Yo le soltaba la manida frase:"Entonces, luego, no te quejes." Y me respondía que ella no se quejaba., que ya se sabía, lo de la crisis y tal y que todos chupan del bote y eso... pero que, para qué votar. Estos días me preguntaba que dónde estaba realmente el problema para que, a pesar de los pesares, haya tanta gente que prefiera mantener el status quo y no haya una mayoría suficiente ilusionada con un cambio real. Creo que aquí está la cuestión: no es el hecho de que haya mucha gente que no vaya a votar, sino el de la desidia generalizada, la falta de preocupación por la realidad, el no ser capaces de levantar la mirada más allá del ombligo del propio microcosmos, la incapacidad de ver fuera del autoencapsulamiento... eso para los que no votan y para los que votan sin un mínimo de crítica o de empatía con la realidad que circunda y que va más allá de la puerta de la casa.
Siento que este es un fin de semana especial. Confluye que es la fiesta del Espíritu, esa potencia creativa, en movimiento, artística, que impulsa a la evolución, porque no es ni más ni menos que la Vida en ebullición. El mismo Espíritu que impulsó a #OscarRomero a poner a los excluidos del Salvador en el centro de su corazón, el mismo que ha llevado a la Iglesia a reconocerlo como modelo (la del pueblo lo hizo al momento, la institucional, a los 35 años de su muerte).
Es posible que ese impulso de Vida, de reconocimiento de aquel que dio la suya por los desplazados para recuperarla de nuevo en su pueblo Resucitado, ese hálito de solidaridad, de novedad, haga del día de hoy una jornada histórica a nivel político.
#AVotar

Y el cambio... ha llegado.

Tenía la intuición de que había algo muy profundo en todo aquello, como cuando tienes una certeza interna absoluta de que algo tiene ese matiz de lo auténtico, incluso, ¿por qué no? de lo "espiritual". Aquella creatividad, aquella alegría convertida en clamor pacífico en las calles... Le dio sentido y sabor a un momento duro de mi vida. Luego vinieron a decirnos que en qué había quedado todo, la ilusión, la fuerza, las ganas de cambiar la realidad injusta, ese despertar de conciencias de las adormideras del sistema... dónde quedaban, para qué habían servido y las propuestas concretas, y el cambio soñado? 4 años después comienza a manifestarse el fruto, el cambio esperado porque, las cosas que manifiestan la auténtica evolución de la Vida, van despacio.

Del blog de Cristianismo y y justicia.

Cristianisme i Justícia“Dormíamos, despertamos” era uno de los muchos lemas que desde el 15M se coreaban continuamente o se podían ver escritos en pancartas en algunas de las plazas que fueron tomadas por la ciudadanía hace 4 años. Durante este tiempo se ha dicho muchas veces que el 15M no sirvió para nada. Se tachó a sus integrantes de utópicos, se les acusó de falta de concreción en sus propuestas, de falta de organización política…, y tras el ciclo electoral del mismo 2011 en el que parecía que nada había cambiado, volvimos al viejo mundo de las mayorías absolutas, de unas instituciones que daban la espalda a la ciudadanía.
La cosa sin embargo, se iba cociendo por dentro. Y desde CJ hemos podido ser testigos de ello. Ya lo quisimos relatar durante aquellos días de mayo de 2011, haciéndonos presentes en las plazas y compartiendo el grito de indignación ante una crisis que estaba haciendo estragos y que nos imponía aquel mantra del ‘no hay alternativa’. Después quisimos dar a conocer pequeñas y grandes grietas que iban abriendo camino para dar paso a la esperanza de ese otro mundo posible que ya está en marcha. Incluso nos atrevimos a elaborar nuestra propia tesis, compartida con muchos otros: “no estamos viviendo una época de cambios sino un cambio de época” y lo dejamos por escrito en el cuaderno de Oscar Mateos y Jesús Sanz, Cambio de época. ¿Cambio de rumbo?.
La jornada electoral que vivimos ayer en el Estado español confirma de alguna manera estos pronósticos: las coordenadas que nos habían servido para entender nuestro mundo hasta ahora, han cambiado.Nuevas formaciones políticas se abren camino ante el muro del bipartidismo, nuevas formas basadas en la confluencia y el trabajo conjunto demuestran un gran rédito electoral, y la ciudadanía toma la palabra: lo certifica el aumento notable de participación en todas partes.
Con el cambio se perfilan nuevos proyectos municipales donde se habla de habitabilidad, de situar a las personas en el centro, de sostenibilidad, de poner en valor las tareas de cuidado, de tomar decisiones colectivas, de transparencia, de empoderamiento, de feminismos, de visibilización institucional…
Independientemente del resultado una cosa está clara, estamos explorando nuevas vías de democracia participativa, más cercana a la gente, y estamos diciendo no a una democracia secuestrada por los mercados. Lo que sucedió ayer pone de manifiesto que la democracia no es algo unívoco ni inmutable y que no es patrimonio de élites ni oligarquías. Se inicia pues un tiempo de gran esperanza y también de gran incertidumbre.¿Estaremos a la altura para construir una sociedad más justa, fraterna y solidaria? La oportunidad de hacer las cosas bien comienza ahora. Queda inaugurado el ‘cambio de época’.

martes, 28 de abril de 2015

La ira

"La ira no siempre es pecado. En ocasiones puede ser una virtud, una fuerza moral... Jesús también se airó a veces...se llenaba realmente de ira cuando veía la injusticia, la santurronería, la ceguera y la crueldad de quienes hacían sufrir a las personas... la ira de Dios es la ira... de los oprimidos y la de todos aquellos que viven en solidaridad con ellos. Es la experiencia de la indignación a la vista de la crueldad humana. Esta ira es parte esencial de todo auténtico y profundo amor a los demás.
... El pecado no es la ira, sino el alimentarla. La ira es una poderosísima fuerza motora y los que no son capaces de airarse son débiles e ineficaces. El amor sin ira no sólo es tenue y apático, sino que no es amor en absoluto... los que se mantienen "amables" y "suaves" en cualquier circunstancia son unos cobardes tímidos y asustadizos. Un amor vigoroso, decidido y eficaz es un amor airado. La ira no deber ser alimentada sino transformada en impulso, energía, determinación, creatividad y coraje.
Los que no son capaces de sentir ira por lo que está ocurriendo... es que no aman realmente a la gente... si no experimentamos ningún sentimiento de ira por lo que se está haciendo a la gente, tampoco experimentamos a Dios".
Albert Nolan. "Dios en sudáfrica: el desafío del Evangelio".

Albert Nolan, sacerdote dominico, escribe estas palabras sobre la ira en la época del apartheid en Sudáfrica. Es una interesante reflexión a tener en cuenta. La ira como energía vital hay que saber reconducirla, no replegarla ni reprimirla como puede derivarse de determinadas prácticas o escuelas orientales o como el mismo cristianismo ha postulado en algunas ocasiones.
Ira fue lo que sentí ayer ante las declaraciones de la Sra. Aguirre sobre los  indigentes en Madrid. Una auténtica maniestación de una ideología de fondo perversa y malvada. No suelo hablar directamente de los políticos, pero en este caso la indignación es tan fuerte que no puedo callarme. Anteponer la imagen del centro de Madrid, poner por delante el interés de los turistas que llegan y que son los que verdaderamente dejan dinero en la ciudad (casi que cito textualmente), sin tener en cuenta la cantidad de factores y causas que han llevado a las personas a la calle, me parece de una crueldad supina. Esta señora quiere gobernar Madrid, y posiblemente salga elegida, lo cual aumenta la indignación.
Canalizar nuestra ira para transformarla en energía vital para que cosas como éstas y otras tantas no pasen es lo que nos queda.

De insomnios

Dicen que los mensajes lanzados al Universo, cuando brotan de lo más profundo de nuestro ser, son recibidos por Éste y abundantemente respondidos. Publicar ese mensaje en este universo particular de redes sociales tiene los riesgos de la desnudez ante vete tú a saber quién. Y me advierte gente querida de que debía ser más precavido. Yo sin perder la prudencia puede que caiga a veces en el moderado desatino de mostrar algunos poros por los que transpiro. Defecto o virtud de los circunstancialmente solteros, sin cargas familiares y con muchas cosas que decir. No siento que me haya ido mal, a veces incluso bien. Y si alguien lo ha utilizado en mi contra no lo he notado. Pues eso, que lo que se mueve por dentro es tan intenso que no me deja dormir, y que me toca contar desde dentro, "despelotarme" un poco y que el sol salga por Antequera. Lanzo al Universo escuchante, al Dios Padre y Madre de mis ancestros, al Cristo Cósmico mi mensaje, mi sentido y sensibilidad, mi queja y petición.
Lo cosa es que viendo el programa de la Sexta, Objetivo Lampedusa, es tanto lo que se remueve que aquí ando, cavilando y maquinando. Esta noche no me conformo con el "ya llegará". Mi viaje a Marruecos-Ceuta, programas como el de esta noche, el contacto con la gente que he dejado allí, etc. actualizan las ganas de volver a encontrarme en ese lugar que tanto bien me hizo: el de la acogida. Y pienso cuánto trabajo está costando. Siempre tengo presente las palabras del obispo cuando le comuniqué que dejaba el ejercicio del ministerio: "Que sepas que te vas a quedar en la más absoluta intemperie". Él lo lanzó como una especie de advertencia disuasoria, pero la frase se convirtió en una auténtica profecía. La intemperie porque se caía el "hábito" del rol institucional que tanto viste, convence, te abre, te sube, te hace "amable". Cuando se cayó el rol muchos se fueron (asustados, decepcionados, impactados...) otros muchos se quedaron, pero ya no era lo mismo: "éste... a ver por dónde sale, qué nos cuenta, lo que cuenta suena bien, pero, ya no es igual..." Y sí, está costando. Está costando entrar de nuevo en la red, poder decir algo, que la gente se lo crea. Y, que no pido un viaje a la luna ni una finca en Vejer de la Frontera (vengo de allí, y me encantaría, por cierto). Pido volver a estar en ese lugar que me conecta más conmigo mismo: el lugar del encuentro con el que sólo en apariencias aparece diferente, el lugar de la hospitalidad, de la sensibilización, del camino andado juntos. Pido un tiempo en las fronteras: las físicas (Lampedusa, Ceuta, Melilla, Nador), sabiendo que no tengo edad de voluntariados y que no es mi lugar definitivo... pero sí, un tiempo de experiencia de aprendizaje para volver y contar y abrir esos espacios de bendición. O las interiores, aquellas de las palabras, del diálogo, de la persuasión, la denuncia, la sensibilización. Pues, como por pedir que no quede y me creo aquello de "pedid y se os dará", también pido que Espacios Berakah​ se haga realidad. Que haya gente que lo sienta de verdad conmigo (de la manera que sea pero en su esencia), que alguien sueñe con ello, que se abran puertas, que se me abran las puertas, que se vuelva a confiar en mí, así, a secas, ahora sin roles, sin vestimentas, más puro, sin aditamentos.
Sigo eligiendo esta forma, no hay vuelta de hoja. Es cierto que el ego echa de menos los parabienes y agasajos, las consideraciones y el entrar por la puerta ancha. Pero ahora creo que me salvaguarda algo: la experiencia de que el ego se infla con la misma facilidad que se desinfla y de que es insaciable. Quiero sólo lanzar al Universo, y a alguna oreja afinada con intuiciones que estoy dispuesto, que es tarde, que es ahora: quiero acoger, porque la acogida es el camino, mi propia salvación y la del mundo.
Si aun no toca, no pasa nada. Seguiré viviendo en este compás de espera productiva y más o menos serena, con algún que otro desvarío de éstos que tendréis que aguantar los que normalmente ya lo hacéis.
Mensaje enviado

miércoles, 15 de abril de 2015

#JeSuisInmigrant

400 vidas, 400 rostros, 400 miradas, 400 historias... sueños, palabras, silencios, 400 familias dejadas atrás o llevadas también por delante... 400, un número que parece que en sí ya fuera una entidad. La entidad numérica... pero no, una a una trato de traer vuestras imagenes a este espacio pero no puedo porque no os conozco. Una a una vuestras vidas, uno a uno vuestros rostros, una a una vuestras miradas, una a una vuestras historias sin narrar... uno a uno vuestros sueños... 
26 minutos ha tardado la televisión pública que todxs pagamos en nombraros así, todos juntitos, porque tampoco os conocen. 26 minutos de irrelevancia, de solapamiento, casi de ocultación. 26 minutos en los que Rodrigo Rato, P. Iglesias, Maduro, el petrolero, la ley del aborto, etc. han sido más importantes que vuestras vidas perdidas una a una. No he podido hacer el recuento de minutos en otros canales, pero, casi por el estilo. Ciudadanos de segunda, de tercera o sin división. Los nadies (quién jugará con las palabras para traeros a la consciencia y a las conciencias si ya no esta Galeano?) Y nadie que diga #JeSuisInmigrant ni presidentes que se desplacen a la zona, ni manifestaciones de altos mandatarios repitiendo a una con el Papa que esto es una vergüenza, que ni uno más, que ya está bien de que el mar sea un cementerio. 

Descansad en paz. Frucificad en las luchas de los que no os olvidan, en la paz de vuestros países, en el consuelo de vuestros familiares, los únicos que os conservan, uno a uno, sin cifras de por medio.

viernes, 10 de abril de 2015

The land between

Hace poco he tenido la oportunidad de acercarme a la frontera sus con Europa. Historias de vida, historias sagradas por todo lo que en ellas se juega y porque nos la jugamos como humanidad como no comencemos a descalzarnos ante esta realidad y tomar partido por ella. Este interesante documental de David Fedele, nos acerca sin artificios a lo que se cuece en los montes del norte de Marruecos.

miércoles, 25 de marzo de 2015

Hágase.

Hágase este instante, hágase la brisa en mi rostro cuando voy en la bici, háganse los charcos que me mojan, los olores que voy dejando atrás. Hágase esta sensación que no me gusta, hágase tu recuerdo que emerge, hágase el no saber qué pasará, y el saber qué está pasando. Hágase la casa que me acoge, tu palabra que me invita, tu silencio en donde somos uno. Hágase el enfado, la risa, los saludos en el trabajo. Hágase la presencia callada de los que me aman, y la soledad que a veces me abate. Hágase el amigo que se fue. Hágase la música que me acaricia, y los ruidos de mi cabeza cuando se imponen. Hágase este instante, esta luz, esta respiración, estas teclas que acaricio. Hágase la Vida.

viernes, 20 de marzo de 2015

De elecciones

Tampoco interesa mucho por aquí a quien voy a votar, aunque no tengo ningún problema en dialogarlo personalmente. Por eso pido disculpas si a veces mi indignación y la visceralidad que ésta me provoca me lleva a decantarme públicamente (la visceralidad tiene poco de serenidad y por tanto, de consciencia por lo que no hay que echarle mucha cuenta).
Pero sí quiero claramente hacer algunas consideraciones
.
1. Mi ilusión por el año que estamos viviendo. Hace justo 4, se experimentó en España una primavera inaudita, en la que un pueblo aparentemente dormido y amaestrado por el fútbol y el "sálvame", se ponía en pie y salía a las calles diciendo que aquellxs que en teoría eran depositarios de la soberanía de la gente expresada en las urnas, ya no nos representaban.  Muchos decían que aquello era de unos cuantos "perroflautas" y que la efervescencia pasaría como la espuma de mar. Pues bien, no ha sido así. A partir de ahí nacieron movimientos sociales de lucha por la dignidad de las personas que se han mantenido incansablemente en un activismo eficaz y contundente. De ahí han nacido nuevas fuerzas políticas que con su inexperiencia y sus fallos tratan de recoger la antorcha de de aquel movimiento ciudadano sin precedentes.

2. La responsabilidad de que el domingo vayamos a votar. No vale el "estoy harto/a de los políticos". Levantarse de ese hastío provocado por su ineficiencia, reflexionar qué grupo puede responder mejor a las necesidades sociales del momento, quién va a estar de parte de los ciudadanos, y acudir al punto electoral que nos toque, debe ser, (aparte de un privilegio que quizás mucho aun no sepamos apreciar) un imperativo ético más grande que el no saltarse un semáforo en rojo. Para que después podamos hablar con propiedad, criticar, exigir, etc.

3. El cambio indica evolución. La evolución es lo que nos hace desarrollarnos como personas y como sociedades. Los dos partidos mayoritarios y que nos han gobernado casi todo el período democrático han producido tal hartazgo en los ciudadanos que está propiciando la entrada en el juego político de otras formaciones. Tanto la corrupción de estos dos partidos (PP-Psoe), como el comprobar que quien nos gobierna no son aquellos en quienes pusimos nuestras esperanzas sino los grandes grupos de poder financiero del mundo, hacen que la sociedad quiera el cambio. Quererlo aun con la inseguridad de que no sabemos qué se les permitirá hacer, porque el "Goliat" es tan grande... (Lo estamos comprobando en Grecia). No obstante, siento que hay que perder el miedo al cambio. Atreverse a votar a estos nuevos partidos
.
4. Considero que los pocos que os atreváis a leer este tostón de los míos sois gente de bien y que buscáis el bien. Por ello interpelo a la consciencia y a la conciencia. Tendremos que votar a aquellas formaciones políticas que busquen el bien. La búsqueda del bien pasa inexorablemente por la búsqueda del bien para los que lo pasan peor (parados, desahuciados, mujeres, enfermos, ancianos, inmigrantes y el largo etcétera de los que lo pasan mal en nuestro país). Consciencia habla de lucidez. Tenemos que ser lúcidos. La consciencia ilumina a la conciencia y ésta hace que actuemos en justicia, éticamente, aunque luego podamos comprobar que nos hemos equivocado. Y si nos hemos equivocado, habrá que reconocerlo e intentar cambiar las tornas la próxima vez que nos dejen. Pero repito, perder el miedo al cambio es fundamental.

En fin, ojalá que vivamos este próximo domingo con responsabilidad y con ilusión, la ilusión de que las cosas pueden ser de otra manera y no como nos dicen que tienen que ser.

martes, 10 de marzo de 2015

La religión en la escuela


Estos días días se ha reactivado el debate sobre las clases de religión a raíz de la aprobación del curriculum para la materia elaborado por la conferencia episcopal. Sobre este tema, que no me es ajeno porque lo he tocado durante algunos años, me gustaría expresar mi opinión.
Tengo amigos que se ganan la vida impartiendo estas clases a los que estimo y que quizás no vayan a estar de acuerdo conmigo. Les pido disculpas. Quiero recordar que también yo algunos años he estado viviendo de esta posibilidad que se me dio y no por ello dejé de pensar "en justicia". Reconozco que, a pesar del desbarajuste administrativo en el que a veces viven estas personas y la lucha de años por tener unos derechos laborales dignos, la manera de acceder a la plaza de maestro/profesor de religión es altamente injusta comparada con las demás especialidades. No reconocer esto creo que sería opinar desde la más absoluta subjetividad interesada. 
Pero no es este el tema al que me quiero referir. 
Evidente y manifiestamente estoy en contra de cualquier adoctrinamiento en la escuela, de utilizarla como plataforma "privilegiada" para una catequesis que en la parroquia o en los hogares (lugares donde únicamente deben darse) está perdiendo tanto fuelle, que muere por inanición. Pero me gustaría ir más allá de esta opinión que no creo que nadie dude que la tenga.
En el debate quiero introducir dos elementos que son básicos para tener en cuenta:
1. La dimensión espiritual del ser humano. Entiendo que esto que para muchos pueda ser fundamental y un aspecto certero y, por tanto, a no pasar por alto, para muchos otros no sea así. Por un lado, habrá que decir que, afortunadamente, cada vez más gente es capaz de verlo, incluso gente que discrepa o se siente lejos de cualquier tradición religiosa. Siento que es un tema que hay que empezar a poner encima de la mesa. Hay profesores que desde su propia libertad de cátedra están introduciendo esta dimensión en sus clases. Me consta que hay colegios que también. Así como en la escuela se trabajan otros aspectos que se consideran elementales para la educación de los niños y jóvenes y que en los actuales currículos se trabajan a través de las llamadas competencias (por desgracia, otros elementos fundamentales como la educación artística o la música van perdiendo relevancia en beneficio de otros relacionados con el mundo mercantilista y competitivo en el que vivimos y que a nuestro ministro de educación le parecen más importantes), también sería necesario introducir esta dimensión de la que hablamos. Cada vez más gente la consideramos no sólo básica, sino que constituye la raíz de la construcción de la persona. ¿A qué me refiero concretamente y cómo poder hacerlo? Pues, entiendo que desarrollar en los alumnos aspectos como la introspección, la educación de la respiración consciente, el gusto por el silencio, la capacidad de conexión con su misterio más profundo, de reposar en él a través de la meditación, la capacidad de asombro, de admiración por la belleza, de contemplación gustosa, la posibilidad de trascender lo mental y detenerse en lo intuitivo, en la experiencia más amorosa y del corazón, y otros muchos elementos más, son básicos para el crecimiento armonioso de los hombres y mujeres del futuro si es que es verdad que queremos una sociedad nueva. Y me atrevo a decir que tampoco estará demás decirle a los estudiantes que a esa realidad  profunda y a la vez trascendente, muchos la llaman Dios, Padre-Madre, Alá, el Buda, Misterio, Ser, Espíritu, lo más real de uno mismo, la Consciencia, etc, etc. Y, ¿cómo hacer esto? ¿Habría que crear una materia para ello, un tiempo definido para desarrollarlo? Creo que en estos momentos no sería necesario. Con lo cual, habría que trabajarlo transversalmente. El otro día en la noticia que ha corrido por las redes sobre la iniciativa de los jesuitas en los colegios catalanes en los que estaban estrenando un modo nuevo de hacer escuela sin horarios, asignaturas, exámenes, etc., se hablaba de que en ese modelo nuevo, cada día se empezaba la jornada con un momento de introspección, de silencio. En la medida en que nos vayamos atreviendo a crear otro modo de enseñar diferente, este tipo de actividades y experiencias tendrán más cabida. Y si no, siempre hay momentos y espacios en los que pueda hacerse. Tengo una amiga que es profesora de tecnología y practica biodanza con sus alumnos/as. ¿Quien dice que el que no se lo propone no puede conseguirlo? ¿Quién lo impide? El reto, en esta coyuntura, será que los docentes que creéis en ello, os atreváis a dar estos pasos. El tiempo que estuve dando clases de religión en esta última etapa de mi vida, me atreví a introducir la meditación en varias (muy pocas) ocasiones. No lo hice más por falta de seguridad en mí mismo y por esos complejos que nos impiden romper e innovar. Puedo decir que luego fue de las experiencias que más me reclamaban los chavales.
2. La cultura religiosa. Son innegables los pilares sobre los que se asienta nuestra sociedad, el no querer verlos obedece más a una cuestión de obcecación ideológica que a otra cosa. Pongo siempre el mismo ejemplo: Si un niño observa el cuadro de la Anunciación de Fra Angelico, para captar mucho más su belleza y, por tanto, su sentido, tiene que conocer la escena que en él se representa. Saber quien es María, quien es el Ángel Gabriel y qué posible diálogo están teniendo los dos en el cuadro. En Andalucía, otro ejemplo, sería llamativo contemplar la emoción de muchos jóvenes al ver pasar su cofradía por delante y que no supieran quien es el "Caifás" que está condenando a Jesús. Por otro lado, en esta sociedad pluricultural y plurireligiosa, es imprescindible que nuestros alumnos sepan que la peregrinación a la Meca es uno de los cinco pilares del Islam, qué es el Ramadán, en qué contexto predicó Mahoma, como llegó Sidharta al nirvana, o qué se celebra en el Shabat. Y en esto soy contundente: todo esto y mucho más debe ser materia curriculum obligatoria para todxs.  ¿En qué asignatura? ¿Habría qué crear una materia para estas cosas? ¿La asignatura de religión de toda la vida?, ¿una que se llamara Cultura religiosa? ¿Habría que desarrollar temarios sobre estos asuntos e introducirlos en asignaturas como historia, o historia del arte...? no lo sé. Eso se lo dejo a los expertos.
En conclusión, no al adoctrinamiento, no a la catequesis en la escuela, sí al desarrollo de la dimensión espiritual del ser humano, sí a una cultura religiosa y plurireligiosa desde el punto de vista de adquisición de conocimientos, y ¿por qué no? de experiencias que los enriquezcan. Y en este último aspecto tendrían cabida mis amigos y compañeros profesores de religión, porque creo que estos aspectos deben tratarlo profesionales al respecto, gente formada para ello. Eso sí, desde una posición abierta, respetuosa, tolerante, sin pretender catequizar ni convertir a nadie. Conociendo los pilares del resto de las tradiciones religiosas, desde un reciclaje y una formación permanente. Y por supuesto, y fundamentalmente, accediendo a esos puestos de trabajo de una manera más justa.

martes, 24 de febrero de 2015

"Era una puta, lo hiciste bien."

Puta: según el diccionario de la RAE: prostituta (persona que ejerce la prostitución). 
Buscando otros significados: Persona que obra con malicia y doblez, despreciable... 
Y por último, ampliando a un significado no recogido en los diccionarios por la connotación sexista y machista que encierra pero que pertenece desafortunadamente a la semiótica de una gran parte de la población, "puta" también es un vocablo referido a las mujeres (nunca a un hombre) que vive en su vida cierta promiscuidad o que no es fiel a su pareja. 
- Refiriéndonos a la primera acepción, (no vamos a pararnos en una reflexión seria sobre el hecho de que un alto porcentaje de las mujeres que ejercen la prostitución están siendo de una manera o de otra obligadas a ello, ni en todo lo que hay en este fenómeno de explotación, vejación, discriminación hacia las mujeres), podría parecer de claridad supina el que una mujer que ejerce la prostitución, por el hecho de ejercerla, no merece ningún tipo de maltrato ni físico, ni moral, ni psicológico. Desgraciadamente y para vergüenza de todxs, no es así; esta cuestión no está tan clara todavía. 
- Con respecto a la segunda acepción, habría comentar que la palabra "puta" como persona despreciable, con malicia, también se utiliza en femenino, o sea, referido a las mujeres. Si se utiliza en masculino "puto" nos estamos refiriendo a una cosa, circusntancia, u acontecimiento molestos. Algunas veces también se utiliza en referencia a los hombres pero como adjetivo, casi nunca como sustantivo. (puto coche, puto día, puto médico...) Raramente un hombre es un "puto", así a secas.
- Con respecto a la acepción machista y sexista tan bien instaurada en el inconsciente colectivo, parece que también debería de quedar claro que por muy promiscua que fuera una mujer nadie puede violentarla ni maltratarla de la manera que sea, por muy ofendido que se sienta el presunto "cornudo". Esto está aún menos claro que el punto primero para gran parte de nuestra sociedad. Evidentemente, no hay ni que decir que esta acepción nunca es utilizada para un hombre. Suena ridículo llamar a un hombre "puto" porque sea un promiscuo, por el mismo vocablo en sí, y porque un hombre sí puede ser todo lo promiscuo que quiera.
Es indudable que los aficionados al Betis que coreaban este fin de semana que la pareja del jugador acusado de maltrato se merecía que le pegaran porque era una "puta" estaban refiriéndose o a la segunda, o a la tercera acepción. Yo me temo que a esta última. Con lo cual se abren tres debates.
1. El maltrato a la mujer con todo lo que eso conlleva de afirmación de un enorme complejo de inferioridad del hombre. Debate manido, pero en el cual faltan ingredientes, seguramente, porque no somos lo suficientemente capaces de inferir con la adecuada contundencia en la sociedad y sobre todo en las nuevas generaciones.
2. Al que quería llegar y que me parece que es paralelo al anterior o que está de fondo. El hecho igual o más machista de que una mujer sea insultada por ser promiscua, o simplemente la ligereza con que este vocablo se utiliza para vilipendiar al género femenino, utilizando precisamente esta palabra que proviene del campo de la sexualidad. El debate aquí daría para mucho (por ejemplo: ¿por qué una mujer es considerada una "puta" o una "guarra" por el hecho de que practique el sexo con asiduidad con distintas personas y para un hombre con estas características, en cambio, simplemente sean logros, batallas ganadas, experiencias que lo acreditan como conquistador, "macho alfa", etc?. Por supuesto tendríamos también el tremendo tema de que una mujer merezca ser castigada por serlo.
3. El debate en el que muy pocos entran del todo: el de la violencia en los campos de fútbol. Caldo de cultivo para sacar fuera frustraciones personales que en ese clima de peligrosa emotividad histérica se juntan a la de muchos otros, generando violencia hacia el contrario o hacia el más débil (las mujeres, los inmigrantes...) Insisto lo que he dicho otras veces, es un asunto que como sociedad tenemos pendiente y que ni siquiera los medios de comunicación más críticos o menos afines al sistema, tratan abierta y concienzudamente. Ya sabemos los dos ingredientes que se mueven en el fútbol: dinero y una forma de canalizar las energías del pueblo, de tenerlas controladitas, de distraerlo para que no se piense en otras cosas ("panem et circenses"). 
El acontecimiento de una afición entera coreando a favor de un presunto maltratador porque su pareja merecía ser castigada por ser una "puta" no es baladí sino que creo que es bastante preocupante y toma bien el pulso de nuestra sociedad. Al margen de los debates planteados, habrá que ver qué se mueve, que medidas se toman, hasta donde llega la reflexión, la asunción de responsabilidades. Seguramente habrá algún gesto simbólico para matar el momento mediático (o quizás ni eso). Porque al gigante, de nuevo, será mejor no "meneallo" pues sigue teniendo a la gente aglutinadita y aborregadita y sigue dando mucho dinero a unos pocos.