sábado, 15 de septiembre de 2012

Duerme con las lealtades, amanece con los compromisos.


DUERME CON LAS LEALTADES, AMANECE CON LOS COMPROMISOS
KOLDO ALDAI. Cocreador del Foro Espiritual de Estella.

CANTOS QUE NUNCA OÍMOS. Si no hubieran resonado aquellas melodías sublimes, si no hubiéramos compartido esos instantes únicos, si no hubieran asomado las lágrimas con los abrazos. Si no hubieran hablado esas miradas claras, esas sonrisas tocadas de infinito. Si no hubiéramos orado con el imán y el judío, si no hubiéramos callado con el budista y el sufí, si no hubiéramos danzado con el cristiano y el hindú. Si no se hubieran acercado esas monjas, con sus pies ancianos y desnudos entre el rocío de la mañana, hasta la llama ardiente de la unidad, podríamos olvidarnos de este empeño.
Si no hubieran partido aquellos héroes y conminado al relevo. Si no hubiéramos apurado juntos en puro gozo el último mendrugo. Si no hubiéramos compartido noches sobre el asfalto, sobre la hojarasca, bajo cielos infinitos. Si no nos hubiéramos agolpado en la misma proa tras una Ítaca siempre invisible…, podría haber otro anhelo. Pero ahora es tarde. Ya no hay otro norte, otra divisa, que el sol de la hermandad allí donde nos encontremos.
El susurro nos alcanzó cuando el horizonte tragaba el último rayo. Vendrán caídas y golpes, pero seguiremos sembrando. Vendrán borrascas que no buscamos y seguiremos cantando. La culpa es de esos hermanos que lo dieron todo, la culpa es de esa Sangre que no dudó en derramarse por el bien ajeno. La culpa es de ese Cielo que se desplomó cuando alcanzábamos el acantilado… La culpa es de cuando corrimos y caímos juntos, de cuando nos metieron en las mismas mazmorras, de cuando compartimos los mismos versos y tragos, de cuando nos pillaron con los mismos papeles prohibidos. La culpa es del mismo éxtasis, de los mismos océanos, de los mismos atardeceres que empañaron nuestras miradas. Ahora ya no hay otra salida, otro destino. No hay otra luminaria que reconstruir la tierra de hermanos.
Ya no hay sucedáneos, ya no hay engaño desde que las flores perfumaron las trincheras. No hay engaño desde que los brazos apretaron las espaldas y las mejillas unieron destinos. Apenas sabemos nada, apenas de dónde venimos, apenas nos han confesado a dónde vamos. Olvida las emboscadas y borrascas. Olvida el eco de los silencios cómplices. Olvida las úlceras y sus aledaños. Pero jamás olvides la palabra dada. Duerme con las lealtades, amanece con los compromisos. Vamos hacia la tierra pura, hacia la tierra de nadie, hacia la tierra de hermanos. Vamos hacia esos círculos, hacia esos cantos que vibrarán eternamente, hacia esa dicha, hacia esa unión diversa que no conocerá nunca fin.
Por más que quisiéramos, ya no conspiramos en contra de nada. No acampamos a la espera de nuevas promesas. Ya no hay ninguna carga policial que nos salve. El adversario sobre todo mora y medra dentro. Ya no tumbamos gobiernos, ni asaltamos palacios. Nuestras células, nuestras redes no vuelan octavillas. La misma Luz que nos ciega, nos impide descansar en ese asfalto.
Estamos a las órdenes de Lo que no tiene nombre, de Quien apenas nos susurró sus Planes. Los Guías apenas abren los labios. Vamos tras una tierra que nunca nos mostraron, tras otros colores que no fulgieron, tras una piel que no acariciamos. Vamos tras unos cantos que nunca oímos, tras una fraternidad que ni siquiera soñamos. Pero lo último que se nos ocurriría es la entrega de esas botas gastadas, la deserción de esas filas, la baja de esa alianza de eternidad.

EL SOL DE LA HERMANDAD. Dice la tradición oculta hasta nuestros días que hay una Hermandad interna que guía a la humanidad externa. Los vínculos establecidos entre esos grandes seres serían mucho más fuertes que los que conocemos como hermandad de sangre. Para comenzar a formar parte de esa primera y selecta comunidad es preciso sacrificar la identidad, estar dispuestos a trabajar de incógnito, sin recibir recompensa alguna, excepto la recompensa de las almas salvadas, de las vidas reconstruidas y de la humanidad que ha sido llevada adelante en el Sendero de Retorno.
El Maestro búlgaro Omraam Mikhaël Aïvanhov plantea así ese reto inexcusable: “La fraternidad debe ser formada por el impulso espontáneo de las almas que se unen… La vida individual debe preparar las condiciones para la vida colectiva, para la vida cósmica, universal”. Pocas dudas hay de que el espíritu de división es el responsable de las desgracias humanas. Añade el mismo Maestro: “Nunca se transformará el mundo si cada uno permanece aislado, en su rincón”. Hemos de crear una alianza ancha y poderosa capaz de manifestar los reinos superiores de armonía y de paz en la Tierra.
No caminamos solos hacia el sol de la hermandad. No hay prisa ni apremio. Sin embargo, no hay tiempo que perder. El ideal de la fraternidad humana, indisolublemente ligado al de filiación divina, no es un sueño de los místicos sino que es el destino evolutivo humano. La conciencia humana se despierta cuando se manifiesta en nosotros/as la sensibilidad a las nociones de universalidad. Esta facultad le permite al ser humano sentir que los demás y él mismo están estrechamente conectados, como las diferentes partes de un organismo.
Hubo un momento en nuestra historia en los que el fuego de la hermandad por encima de los credos, las razas y las clases casi se apaga, convertido en apenas un rescoldo. Hombres y mujeres en grupos minoritarios y perseguidos lo mantuvieron vivo en todas las latitudes. Sin embargo, ese ideal supremo, susurrado hasta nuestros días deboca a oído, ha encontrado en Internet y las nuevas tecnologías la herramienta prometida, imprescindible para su expansión. Creemos profundamente en este ideal que da sentido a nuestras vidas y que ahora, con todos los adelantos en la comunicación y el transporte, con los vínculos que posibilita la era digital, progresa como nunca hasta el presente.-
(Revista ÉXODO, Nº 114)

lunes, 10 de septiembre de 2012

Mensaje del 32º Congreso de Teología

Con todos vosotros, los que seguís esperando, los que no os conformáis, los que os indignáis por este sistema injusto, con todos vosotros, las víctimas de del mismo.

MENSAJE DEL XXXII CONGRESO DE TEOLOGÍA

Del 6 al 9 de septiembre de 2012 nos hemos reunidos en Madrid cristianos y cristianas de las diferentes tradiciones eclesiales y de todos los continentes para reflexionar sobre Cristianismo, mercado y movimientos sociales, intercambiar experiencias y buscar alternativas. Queremos compartir el siguiente mensaje

1 El mercado-centrismo es la institución suprema del neoliberalismo que convierte a los seres humanos en mercancía y en piezas subalternas del sistema, identifica la justicia con el cumplimiento de la legalidad, dictada por el mercado, y reduce los derechos humanos al derecho de propiedad. El mercado genera situaciones de muerte para millones de seres humanos y para la naturaleza.

2. Vemos con especial preocupación y nos provocan indignación las consecuencias de la crisis, provocada por los poderes financieros, que castiga injustamente a los sectores más vulnerables de la sociedad en todo el mundo, y de manera especial en algunos países de Europa como Grecia, Portugal y España, donde se está produciendo un espectacular incremento de la pobreza en una sociedad con recursos suficientes para satisfacer las necesidades de la población.

3. En medio de esta situación valoramos positivamente los gestos de solidaridad de algunos miembros del clero y de la jerarquía eclesiástica, pero expresamos nuestro malestar e indignación ante el silencio de la Conferencia Episcopal Española, tan locuaz en otras ocasiones y ante otras cuestiones. La sociedad percibe dicho silencio como escándalo y complicidad con quienes han provocado la crisis. Nosotros lo consideramos insensibilidad ante la injusticia, alejamiento del mensaje liberador del Evangelio y falta de compasión con las víctimas. Creemos que tal actitud se debe a la cómoda instalación de la Iglesia institucional en una situación de privilegio. Lo que contrasta con los recortes en todos los terrenos.

4. Nosotros mismos, los participantes en este Congreso, no estamos exentos de contradicciones e incoherencias entre nuestro modo de pensar alternativo y nuestra forma de vivir acomodaticia, nuestra actitud crítica y nuestra práctica conformista; la crítica al consumo y nuestro consumismo; la opción por los pobres y nuestra falta de testimonio de pobreza.

5. La respuesta a la crisis requiere un nuevo paradigma que se traduzca en transformaciones estructurales, revolución de la subjetividad y de las conciencias, de los hábitos de vida y de las relaciones personales, bajo la guía y la prioridad de los valores éticos, presentes en todas las tradiciones religiosas, morales y espirituales, si bien con frecuencia incumplidos. Entre ellos cabe destacar: la dignidad humana frente al trato inhumano que reciben millones de seres humanos; el respeto a la vida, contra la violencia en sus diversas formas; la justicia global; la verdad, la honradez y la igualdad de género.

6. Reconocemos la importancia de los movimientos sociales, que constituyen mediaciones necesarias para transformar la realidad; son alternativa al pensamiento único y a la globalización neoliberal; recuperan valores que parecían en vías de extinción y se rebelan contra una realidad caracterizada por la explotación, la dominación y la tendencia a reducir la razón a mero cálculo. Especial significación ha reconocido el Congreso al feminismo como teoría de la emancipación y de la igualdad no clónica entre hombres y mujeres; práctica de la sororidad internacional y defensa de las reivindicaciones de las mujeres, que, con frecuencia, se ven relegadas en nombre de “intereses generales superiores”, incluso en los propios movimientos sociales.

7. No podemos instalarnos en el pesimismo y el fatalismo históricos. Existen alternativas. Por eso apoyamos y hacemos nuestras las iniciativas siguientes para salir de la crisis: creación de una asamblea constituyente, desobediencia civil, banca ética, tasa Tobin, reparto del trabajo, universalización de los servicios sociales, reconocimiento de la ciudadanía a todos los residentes en nuestro territorio, pactos de ayuda mutua sin subordinación, soberanía alimentaria, cambio en los modelos de producción, etc.

8. Como cristianas y cristianos nos comprometemos a: . Recuperar la herencia de Jesús, que se caracteriza por la opción por los excluidos y marginados, la compasión como principio de actuación y la afirmación de la autoridad de los que sufren. . Seguir el espíritu y la práctica de Jesús, que consiste en humanizar el mundo comenzando por los últimos, luchar contra el olvido de las víctimas y ponernos de su lado. . Afirmar la incompatibilidad entre Dios y el Dinero y luchar contra el Imperio del Dinero. . Practicar la resistencia al sistema desde la no violencia activa . Participar activamente en los movimientos sociales, los antiguos y los nuevos, y de manera especial en los diferentes Foros Sociales, que trabajan por “Otro Mundo Posible”, y en el movimiento de los Indignados, en cuyo horizonte se sitúa Jesús de Nazaret, Indignado con las autoridades religiosas, el patriarcado y los poderes políticos y económicos de su tiempo.

 Madrid, 9 de septiembre de 2012.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Voyager

Hoy es el 35 aniversario del envío de la Sonda espacial Voyager al espacio con información sobre el planeta tierra y el ser humano (incluso música). Hoy, por esas confluencias de la vida y sin saberlo, un amigo me ha hecho descubrir esta canción de Ismael Serrano. En ella, los marcianitos encuentran la sonda y viajan a la tierra creyendo que van a encontrar la salvación a su tristeza y a su oscuridad: "Un ser humano será quien ponga fin al dolor" Ahí va el sueño.