jueves, 27 de noviembre de 2008

No estés triste

Releyendo algunas cosas de las que os he dejado de Etty Hillesum más abajo, en aquella parte que habla del sufrimiento, me he acordado de esta canción de Manolo García de su último album. La conoceréis, pero si os gusta, podemos saborearla juntos de nuevo. Os regalo también la letra. Para que no estés triste, mi amor, prueba a surcar ríos y a luchar por ellos. Besos.



Prueba a ser una nube, a flotar, alcotán sobre praderas.
Prueba a surcar ríos, a luchar por ellos,
A sentirte arcilla y caña de ribera.
Laurel en gota que espejea
Y errar cometa vegetal sin hilos
Prueba a surcar ríos aunque el agua solo llegue a tus rodillas
O te cubra y esté fría.

Verás que hay más
Que la corona de espinas bajo la que te resguardas,
Verás que hay más,
Verás que el mundo gira más.

Por eso no estés triste, amor.
Por eso no estés triste
Por eso no estés triste amor,
Que no estés triste.

Antes que la tristeza sea de suela de zapato
Humildad y camino
O letra de abecedario,
Ser látigo y restallar a la modorra los sentimientos,
Ladera para que resbalen las penas.

Por eso no estés triste, amor.
Por eso no estés triste
Por eso no estés triste amor,
Que no estés triste.

Prueba a ser arlequín,
Regalar inasible tu entereza.
Prueba a surcar ríos, a luchar por ellos,
Sentir que reverdeces, que creces en la entrega.
Tropel, caudal de mieles turbias,
Barquito liberado a la corriente.
Prueba a surcar ríos aunque sean ramblas de cantos
Si consigues alejarte de ti misma.

Verás que hay más
Que son rosarios de lamentos bajo los que te marchitas,
Verás que hay más
Verás que el mundo gira más.

Por eso no estés triste, amor.
Por eso no estés triste
Por eso no estés triste amor,
Que no estés triste.

jueves, 13 de noviembre de 2008

Etty Hillesum

Se trata ahora de un libro, o mejor de un pensamiento, el de una mujer, judía, cautivada en los últimos años de su corta vida por el cristianismo: Etty Hillesum, su diario, su proceso personal hasta ser embarcada en uno de los trenes de la muerte, destino Auschwitz. No es algo más de lo mucho escrito o filmografiado. Es algo nuevo, conmovedor. Desde una mente privilegiada y un corazón lleno de compasión por el ser humano, tiene intuiciones que a uno les son familiares, comunes. Por supuesto, salvando las distancias. Ahí van algunos retazos.



Sobre el amor:

"... la cumbre del amor que debemos aprender a alcanzar consiste en esto: salvaguardar la libertad del ser amado. Si hay algo culpable en el amor, es no aumentar la libertad del amado con toda la libertad que uno lleva dentro. Si amamos de verdad, se impone una sola exigencia: respetarse mutuamente en la propia libertad...
Acoger al otro en mi espacio interior y dejarle desarrollarse, disponerle en nosotros un sitio donde él pueda crecer y desplegar sus propias virtualidades..."

¿Os acordáis lo que os apuntaba más abajo sobre la "Sombra de la luz"? También ella se refiere a este tema:
"No se puede intentar apaciguar una gran nostalgia mediante una multitud de pequeñas satisfacciones... No quiero fragmentar un gran Deseo en una multitud de pequeñas satisfacciones. Es posible que ese deseo pueda encontrar una sola vez, grande e intacto, un lugar seguro donde expresarse, una sola noche de amor. Pero si es así, será preciso seguir conservando este gran Deseo intacto y extraer de él la fuerza necesaria para un amor abierto a todos."

Sobre el sufrimiento:

"Estamos aquí para cargar con una parte del sufrimiento del mundo ofreciéndole nuestro corazón... Sea buena con su sufrimiento, y él también será bueno con usted. El sufrimiento aumenta con nuestros deseos y nuestros rechazos. Pero si lo acogemos con mansedumbre, se sosiega y se adormece como un niño. ¡Hay tanto amor en usted...! Diríjalo entero hacia los seres humanos, los niños, las cosas, e incluso hacia usted misma y hacia su dolor... Mire a su sufrimiento cara a cara. No es nada...
El occidental no acepta que el sufrimiento forme parte de la vida, por eso es incapaz de sacar de él fuerzas positivas..."


(Copia en su diario estas páginas de André Suarés sobre el mismo tema)
"El dolor no es el lugar de nuestro deseo, sino el de nuestra plena verdad... No pretendo que debamos convertir el dolor en un estado predilecto. Al contrario, debamos recurrir a todo para liberarnos de él. Pero también debemos conocerlo. El hombre verdadero no es el dueño de su dolor ni el que huye de él, ni tampoco su esclavo. Debe ser, en él, el redentor...

... Hay en la angustia un presentimiento de lo divino... Extraer de esta misma experiencia una fuerza creadora... Debemos ser capaces de metamorfosear nuestra angustia... La angustia es sobrepasada por la fe...

Ya ella fue capaz de intuir en su época lo que hoy es evidencia:

"La ciencia ha disociado nuestra moral de sus fundamentos sobrenaturales, y nuestro mundo parece corroído por un individualismo desordenado que refleja el desconcierto caótico de nuestro espíritu. "

¿Habéis sentido alguna vez esa insatisfacción ante algo maravilloso, la necesidad de poseerlo plenamente o de formar parte o fundirse con ello y no ser capaces?

"... Sentía esta belleza hasta el punto de experimentar un dolor en el corazón. La belleza me hacía sufrir, no sabía qué hacer con ella... me quedaba como un alma en pena. Me atiborraba literalmente de la belleza del paisaje, y eso me agotaba. Derrochaba una energía infinita. En el fondo era una especie de onanismo. La otra noche, por el contrario,... acogí, bañada en alegría, a despecho de todo, la intuición de la belleza creada por Dios, pero ya no me molestaba. Ya no se trataba de un goce egoísta.
Nada hay absoluto, todo es relativo y matizado al infinito, todo está preso en un perpetuo movimiento, eso es lo que hace al mundo tan fascinante, tan seductor, aunque tan doloroso también."

Su amor universal por la vida, por todo lo que ella le proporcionaba, y mucho más por el ser humano, la comunión con la creación nos recuerdan a gente importante para nosotros: Walt Whitman, Carlos de Foucault, Francisco de Asís...

"Estoy enormemente agradecida a la vida. Me siento crecer. Cada día me doy cuenta de mis faltas y mezquindades, pero conozco así mismo mis posibilidades. Y, además, amo, amo a los buenos amigos; pero este afecto no me aísla de los demás seres humanos. Amo a todo lo ancho y hasta los confines del mundo, amo una enormidad... tan desbordante de gratitud por todo, es como si estuviera en comunión,... sí, ¿con qué? Con la tierra, con el cielo, con Dios, con todo.
... Amo a tanto a los hombres porque en cada uno de ellos amo algo de ti, Dios mío.
...Dios mío: qué es bello y bueno vivir en tu mundo, a pesar de lo que nosotros, los humanos, nos hacemos sufrir mutuamente...
No soy la única que está cansada, enferma, triste o angustiada. Lo estoy al unísono con millones de otros seres humanos a través de de los siglos. Todo esto es la vida. La vida es bella y está llena de sentido en medio de su absurdo...
Sé que en un campo de trabajo tardaré tres días en morir; me acostaré para morir y a pesar de todo, la vida no me parecerá injusta".

Su amor por el ser humano:
"A pesar de todos los sufrimientos inflingidos y de todas las injusticias cometidas, no llego a odiar a los hombres...
...Si un miembro de las SS me pisoteara hasta matarme, yo lanzaría una última mirada hacia su rostro y me preguntaría con estupefacción y un arranque de humanidad: Dios mío, ¿qué cosas tan terribles has podido vivir, pobre muchacho, para hacer semejante cosa?"
Algo muy interesante sobre la intervención de Dios en la historia ante la pregunta por el sufrimiento en una época donde muchos piensan que después de Auschwitz, Dios ha muerto. Algo que no resuelve esta cuestión, pero que es luz ante la eterna interrogación de la Teodicea.
"... no eres tú quien puede ayudarnos, sino nosotros quienes podemos ayudarte a ti y, al hacerlo, ayudarnos también a nosotros mismos... Si Dios cesa de ayudarme. Tendré que ser yo quien ayude a Dios...
Sí, Dios mío, pareces bastante poco capaz de modificar una situación que , a fin de cuentas, es indisociable de esta vida. Pero no te pido cuentas de ello. Me parece, a cada latido de mi corazón, que tú no puedes ayudarnos, sino que nos corresponde a nosotros ayudarte y defender hasta el final la morada protectora que tienes en nosotros...
...Dios mío: que es bueno y bello vivir en tu mundo, a pesar de lo que nosotros, los humanos,nos hacemos sufrir mutuamente."


A pesar de todo, encuentro que la vida no está desprovista de sentido... No es Dios, sino nosotros, quienes tenemos que dar cuenta de los absurdos que nos son imputables... Creo en Dios y creo en el ser humano, y me atrevo a decirlo sin falsas vergüenzas. La vida es difícil, pero no es grave. Hay que tomar en serio lo que en nosotros merece ser tomado en serio; lo demás fluye, cae por su propio peso...
Soy capaz de asumir esta época que estamos viviendo... y puedo perdonar también a Dios que ella sea como debe ser...
...no tocar este misterio del sufrimiento más que con manos de enfermera...
Nuestra imaginación, deslizándose hacia el infantilismo, vería en ello, sin duda, un amor s grande. Pero Dios no ama como nosotros quisiéramos que amara cuando proyectamos en él nuestros sueños. De esa forma, sólo nos ahorraría el sufrimiento al precio de un paternalismo por el que dejaría de ser el amor. Lo serio de Dios es el respeto y el sufrimiento."
Sobre muerte:
"El lamentable final que nos aguarda..., lo he mirado de frente y le he concedido un lugar en mi sentimiento de la vida, sin que por ello se haya visto menguada su gravedad. No estoy amargada ni indignada... y no sé lo que es la resignación... la eventualidad de la muerte está integrada en mi vida. mirar la muerte de frente y aceptarla como parte integrante de la vida es tanto como ensanchar esa vida.
¡Dios mío, te estoy tan agradecida por todo!... Seguiré viviendo con aquello que , en los muertos, vive para siempre, y volveré a la vida aquello que, en los vivos, está ya muerto. Así, en todo no habrá más que la vida, una gran vida universal, Dios mío."