jueves, 21 de agosto de 2008

Camerún, Camerún



Alguna gente me ha pedido que escribiese mi diario del viaje a Camerún realizado el pasado mes de julio. Podría ser buena manera de comenzar este blog. Algunas páginas están escritas de manera atropellada quizás por el cansancio de algunos días. Otras, un poco más elaboradas. De todas maneras ahí va la cosa.

Yaounde 8-7-08

Llueve pertinazmente desde hace una hora. Al contrario de la ducha del baño, interrumpida y osada, transparente y roja como la tierra roja de este lugar que pisamos la pasada madrugada. La ventana, a pesar de las mosquiteras y de las rejas, me hacen contemplar la insinuación de un paisaje que se me antoja sorprendente y que pude intuir cuando veníamos en taxi desde el aeropuerto entre lo húmedo de la emoción y la poca luz nocturna de Camerún.

Todo un azar de casas mezclándose lo bello y lo menos bello, lo grande y lo pequeño, la buena construcción y la menos buena. Todo confluyendo en esta sensación de pisar terrreno sagrado y en la armonía formada por tanta desarmonía.

Antes, la llegada al aeropuerto: la acogida propia, los primeros desencuentros burocráticos, la certeza de otro mundo (¿el tercero?), el pálpito de pisar el África soñada. Todo un viaje iniciático...

Una nueva oportunidad para agrandar el espíritu...

Lo que se intuyó se ha verificado con creces. Un apelmazamiento caótico de verde impetuoso pintando colinas; de olores de humos de asados, de campo y animales, de efluvios humanos; cientos de coches en carriles improvisados que sortean boquetes en el suelo, zanjas y personas y que se convierten también en taxis inesperados que anuncian su servicio una y otra vez con bocinas de todo tipo sobre todo a los blancos como nosotros; tiendas que venden de todo, locutorios ambulantes, peluquerías mínimas que ponen largas extensiones, bares con terrazas y música para todo el barrio; personas que venden, que van, que vienen, que cruzan, que ayudan, que miran con descaro, que ofrecen lo que tienen. Muchas personas, la mayoría jóvenes...

Esa ha sido la nueva incursión en la ciudad que nos acoge. Caminar en el anochecer agradable, sintiendo de nuevo la belleza del caos, la vida que brota de él. La vuelta ha sido más complicada para estos europeos de la comodidad; tratando de no caer en un hoyo, en una acequia o de tropezar con alguien oscuro en la noche oscura, sin luz artificial (sólo la de los coches y la de los cientos de motos que ofrecen su transporte).

Me voy con la petición de no dejar pasar desapercibido a los sentidos del alma lo contemplado. La palabra del día: la compasión.

9-7-08

En el corazón del África profunda: carreteras que se ensanchan para mágicamente extenderse en 3 ó 4 carriles por los que circulan coches y personas sin orden ni concierto; matrículas pintadas a tiza, lunas de plástico o de cristal resquebrajado, motos con tres personas... todos intentando pasar a la vez, sin ninguna norma que regule (y yo con 4 multas en Sevilla por exceso de velocidad), ni cinturón, ni ceda el paso... Así hemos llegado con el corazón en un vilo (aunque, yo por lo menos, disfrutando) 6 personas (con el taxista) al centro de Yaounde. Por primera vez he visto la lepra fuera de un reportaje de televisión entre los pedigüeños de alrededor de la catedral donde hemos celebrado una Eucaristía repleta de gente fervorosa y orante (joven en su mayoría). Luego, nuestro primer encuentro con un familiar de nuestros amigos cameruneses en Sevilla, Rodrigue, hermano de Armel, para continuar con nuestra primera incursión consumista, haciendo de gente del primer mundo que es lo que realmente somos. Artesanía, compra y venta, negocio, pero sobre todo ebullición intensa. De nuevo personas, muchas, grandes y pequeñas, la mayoría con algo que ofrecerte. La tarde tranquila: oración, diálogo... seguir descubriendo a Tshilanda, la africana que nos acoge.

10-7-08

Las tardes aquí son algo melancólicas. Después del trasiego de la mañana, tanta tranquilidad amuerma el espíritu. Hoy hace el calor húmedo que intuía y que provoca transpirar más de la cuenta, eso unido a los horribles productos contra los mosquitos, te vuelven pegajoso y con sensación de sucio.

En la mañana hemos tenido otro atracón de contaminación. Dióxido de carbono por un tubo, o mejor, por cientos de tubos de coches y de motos. Hoy hemos superado el record de personas en taxi: 7, sorteando de nuevo los obstáculos de ese mar humano y metálico.
Hemos estado en la Foyer de l´esperance uno de los tres hogares de esa asociación que trabaja con menores de la calle. Las mismas características de los chicos que ya conozco de otros lugares. Un buen proyecto y una buena acogida la del jesuita que nos ha mostrado las instalaciones de este hogar metido entre árboles y mucho verde. Los críos encantadores. Por fin he podido hacer fotos con cierta libertad.
La vuelta, de paso por otro mercado, sobre todo musulmán. El almuédano llamando a la oración, los fieles a las puertas de sus tenderetes haciéndola, colores y nuevos olores, sobre todo los del pollo a la brasa que íbamos a comprar para almorzar. Nuestro ángel de hoy se llama Priscile, una bella camerunesa de la institución teresiana que colabora en sus proyectos y cuenta cuentos en el Foyer.

Espero que mi aparato digestivo se regularice. Es lo que más distorsiona aquí la vivencia de las circunstancias, aunque supongo que también formará parte de ellas.



11-7-08

Esta noche hace calor. Mi barriga sigue regular. Lo peor es que mis compañeros tengan que estar pendiente mía. Hoy he estado en el corazón de un mercado: una variedad de productos como nunca había visto. Hacinados, en puestos mugrientos de tablas con sombrillas como techumbre; infinidad de personas,muchos más vendedores que compradores, todo tipo de verduras, de frutas, de yerbas, de tubérculos, carne, pescado, asados y sin asar, niños que venden chucherías, otros con carritos que sólo se acercan a ver si quieres permitirles llevarte la compra; olores buenos y desagradables, bebés durmiendo en el suelo y miles de ojos que te miran. Algunos, muchos, ofrecen sus mercancías, aunque sin llegar a cansar; otros nos dicen algo por ser blancos: Siempre queda el beneficio de la duda de saber si es piropo, insulto o proposición. No hay que olvidar los regateos con los taxistas, con los improvisados cargadores de móvil... todo se negocia.


Por la tarde hemos estado en la pequeña biblioteca "Les luciols" (las luciérnagas), un proyecto de la institución teresiana para fomentar la cultura entre los pequeños. Allí hemos disfrutado del cuento que les ha contado Priscile.

Luego un encuentro con todo un personaje: Domeneck, un catalán que trabaja aquí en una escuela, afincado y enamorado del país desde hace muchos años.

En la Eucaristía de nuevo hemos celebrado la vida y el día pasado.

Madrugada del 13 de julio.

De nuevo para mi cumpleaños me llevo el regalo de la experiencia (El Salvador, Ceuta, Camerún y tantos otros sitios). Hoy pensaba, hablando en la cena de Tshilanda, que qué maravilloso don estar aquí. Qué regalo de la vida experimentar de lleno este país. Ya no tendré que hablar de África de oídas. He sentido, no sé si por primera vez pero sí más que nunca, que el viaje a Camerún era nueva oportunidad de Dios para agrandar el Espíritu y sabe Él para qué cosas más. Últimamente me pierdo mucho de sus detalles por vivir poco atento... Pero hoy creo que sí y le doy gracias. Una vez más ha sido el primero en hacerme el regalo.

Gracias, Señor, por mis 37 años y sobre todo porque en ellos he sido, muchas veces, testigo de tu amor y tu ternura. Gracias por la gente que me quiere y me lo demuestra constantemente. Experimento en mí ese sentimiento de quedarme absorto al recibir más de lo que doy. Gracias por el regalo de los que en este año me han hecho sentir, vibrar, gozar, saberme vivo. Gracias por alguno que ha tocado mi alma de manera especial.

Y gracias por Camerún, tu regalo de cumpleaños.
Hoy hemos tenido boda tradicional. La vida y la celebración unidas como debe ser. La liturgia hecha vida y la vida rezada en la liturgia. El don de la música, la propia coreada por todo el pueblo, animada por los gritos característicos de las mujeres, y la clásica. La alegría de la familia y el tiempo de nuevo a disposición de la gente. Aquí nada ni nadie se hace esclavo de él. "El tiempo nos pertenece". Luego un almuerzo compartido en un bar. Curioso destacar lo del lavatorio de manos que la camarera te ofrece en su palangana de plástico antes de comenzar. El agua, por supuesto, la misma para todos. Esta gente se ha ido por la noche a la celebración a la que el padre de la novia, sin conocernos de nada, amable y gentilmente, nos ha invitado. Yo he preferido quedarme. No sé si me estaré perdiendo mucho o s i será una de mis rarezas, pero no me encontraba del todo bien del vientre y esa ha sido la excusa.
He aprovechado para charlar con Tshilanda, esta mujer apasionada por la misión, africana de pura cepa, llena de vitalidad y de risa. Me encanta su risa.

Gracias, Señor, por tu felicitación.

13-7-08

Bonito día de cumpleaños. Hemos intentado comenzar celebrándolo esta mañana en la Eucaristía de la catedral, pero hemos llegado tarde. Luego hemos almorzado en una casa cercana a la nuestra con adornos de navidad en las paredes, nada más y nada menos queeee... ¡Víbora! No ha podido ser ni boa ni anaconda (una pena, Evita, jejeje), pero había que probar el bicharraco como fuera, sin mirarlo demasiado y sin pensar qué te estabas llevando a la boca. No estaba mal la carne, pero el olor que echaba, creo y espero que de la condimentación, no lo hacía muy apetecible. De todas maneras, ahí, como campeones, comiendo víbora aderezada con patatas cocidas, papaya también cocida y condimentada con limón y fufú. Alguno que otro no ha podido con tanto exotismo.

Bueno, desde primera hora de la mañana estos amigos magníficos me han hecho sentir el protagonista del día. Aparte, he tenido el cariño de los lejanos que se han hecho presente con los sms y mi familia que me ha llamado.

Por la tarde hemos conseguido celebrar la Eucaristía en la catedral. No nos hemos enterado de nada (en idioma tradicional) pero hemos disfrutado de nuevo de la comunión con este pueblo, sobre todo, a través de su música.

Luego han estado preparando comida española para la noche (salmorejo y tortilla de patatas). Hemos invitado a algunos cameruneses. El día ha finalizado con danza africana y, por supuesto, sevillanas.

Gracias, de nuevo, amigo. Hoy también te he dejado abrazarme.

14-7-08 Bangangté

Haciendo camino. De nuevo. Para sentir lo que otros sienten, como lo hace la gente de aquí, ni más ni menos. Quizás demasiado para un europeo medio acomodado como yo; pero la experiencia se está haciendo, hasta el fondo; hasta lo profundo del África profunda. En camino; lo que está significando este viaje hoy se ha visibilizado sin condiciones. 6 horas de viaje (unos 250 km); 23 personas en una furgoneta a la que llaman bus. De Yaounde a Bangangté. Casi 2 horas esperando hasta que se llenara y luego:

-Contactos: El chico que duerme encima de mi espalda; yo volcado encima de Sergio, porque nuestro asiento está roto; el que entra, el que sale, los roces provocados por la piezas sobresalientes de la furgoneta (algunos dolorosos), por los baches del camino...

-Los niños: Los que se acercan en Yaounde vendiendo todo lo que te puedas imaginar (chuces, linternas, maquillaje, bolsas de plástico, agua fresca...) los que en cada parada del camino (unas 2o) se meten por las ventanas del "bus" a ofrecerte cacahuetes y todo tipo de semillas y frutos secos. Los de dentro de la furgoneta: tranquilos, silenciosos tantas horas, acostumbrados...

-El paisaje: un cielo melancólico que ha querido llovernos mucho rato nos ha envuelto durante un camino maravilloso; cuántos árboles altísimos y magníficos, cuánta especie desconocida, cuántos matices del verde. Montañas, extensas sabanas, el río más grande de Camerún y monos, monos muertos que también nos ofrecen por las ventanas para que los compráramos.


De noche hemos llegado a Bangangté. Allí nos hemos encontrado con Michelle, novia de Armel: Unos concisos saludos (una chica atractiva). Paco le ha dado su dinero y luego, la misma furgoneta, ya vacía, nos ha llevado a casa del cura Clode. Muy agradable; buena cena; pero en el sitio donde nos quedamos no sabemos si sobreviviremos. Mañana te contaré. De momento me río mucho con Paco. Se me acabó la buena vida de dormir solo.

15-7-08

El corazón grande de Dios
La universalidad que se concentra alrededor de la mesa en ese lugar privilegiado y bendecido que es la Chapelle de la Bone Case: el orfelinato que fundó el padre Clode hace tres años.

Esta mañana lo hemos visitado. Hemos estado con Tshilanda en su primera sesión de formación a los educadores, entre ellos, un grupo de scouts franceses.

Por la tarde, partido de futbol. Ahí se visibiliza de manera especial la universalidad: blancos, negros, cura y laicos, niños y niñas, niños, jóvenes y viejos, cameruneses, franceses, españoles y la congoleña estupenda; yo, para dar la nota, de fotógrafo oficial.


(Ufff... aquí en este lugar no hay nada de intimidad)

Luego, Pierre, uno de los 16 chicos de la Bone Case, nos ha enseñado la finca y las instalaciones. Y luego... En torno al pan. Hacía tiempo que no me emocionaba en una Eucaristía. Los niños han cantado y bailado. Un maravilloso coro dirigido por una de ellos. El Padre nuestro, cantado en un español del cual habia que intuir algunas palabras pero que ha terminado de mojarme los ojos. Y un final digno africano con baile incluido.

Saber sus historias, sus circunstancias (son huérfanos de padres con sida; algunos con la enfermedad) y verlos celebrar la fiesta de la vida, ha sido realmente entrañable, lo mejor que me he llevado hasta ahora.

Sigue bendiciendo, Señor, cada una de sus vidas.

16-7-08

La novia de Armel es una chica interesante; con la serenidad propia de la mujer africana, que no se sabe bien si es resignación, sumisión, nostalgia de una vida mejor que no conocen... Hoy nos ha acompañado hasta la tarde.

Primero hemos ido a Tonga, un pueblito en el que parecía que eramos los primeros blancos que lo habían pisado. La idea era ver al gran jefe de la aldea, tío de Armel, o en todo caso, a la tía que nos hiciera de intermediaria para un regalo que llevábamos. Al final, ni una ni otro. Hemos paseado (nos hemos exhibido) por el pueblo. Hemos regresado y comido en un bar de Bangangté (hora y media ha tardado la comida en llegar).

Luego, nos hemos ido para la Bone Case. De nuevo, la celebración de la gran fiesta de la universalidad, hoy sin luz (tenemos cortes de luz y de agua todos los días) pero en la intimidad del pan compartido, los cantos de los niños, el amor que se genera desde la mesa que nos hace más cercanos que nunca. Al final, la gran fiesta del baile y la música, hoy especial por la graduación de dos colaboradores.

La cena en la casa de Clode ha sido una nueva manifestación de su acogida, su generosidad y su alegría, hoy ha estado acompañada con foie y vino. La "fiesta" ha continuado en nuestra pequeña casa de acogida, sucia, llena de ácaros y cucarachas, con el cuarto de baño inundado, sin lavabo, sin agua caliente, pero que nos invita a ese momento último de intimidad en el humor que nos hace más felices nuestras jornadas.



17-7-08

Para lo cansado que estoy esta noche y las pocas ganas que tengo de escribir, ha sido demasiada la experiencia vivida hoy como para dejarla pasar. A pesar de todo, tengo aquí a Paco con ganas de juerga y haciéndonos reír por de nuevo. No puedo sino dar gracias por él.

Un día completo en la Bone Case. Sabía que, a pesar del poco tiempo, iba a irme con el corazón tocado por los niños. La mañana de paseo, de palabras sueltas y algunas frase intercambiadas, gestos de cariño, cercanía, cantos compartidos y enseñados unos a otros... Sólo puedo decir que me han seducido. Hemos almorzado con ellos. Un silencio monacal en la comida. En ella se le ha entregado un regalo a uno de ellos por su cumpleaños. (El pequeño barítono de Gospell). En la Eucaristía de hoy hemos cantado los españoles.

Y luego... l´Afrique. La lluvia no ha permitido que la furgoneta pasara un tramo de camino hasta Bangangté. La tierra de Camerún es pura arcilla roja que con el agua se convierte en pista de patinaje. Nos hemos calado hasta los huesos empujando sin conseguir nada; de barro hasta el cuello. Los niños se han acercado para ayudar, pero no ha habido manera. Luego hemos esperado dentro, casi una hora, hasta que Clode llegara con el 4X4.

No he temblado tanto de frío en mi vida. Dentro de la furgoneta, en esa situación tensa se ha creado un ambiente de intimidad y camaradería bonito entre los que marchábamos y los educadores que se han acercado. Hemos acabado cantando música de Taizé. Nos preocupa la pulmonía probable. Ya sabes que ni pa´l viento ni pa´l agua. Luego, de nuevo una velada entrañable en la que hemos compartido la vida y a dar gracias a Clode por su generosidad. Mañana nueva etapa del viaje. Espero estar vivo para contarlo.

18-7-08

Douala

Creía que en Yaoundé ya había experimentado el caos en grado sumo. Pues no, Douala, la capital económica, lo supera.


Esta mañana nos hemos despedido del P. Clode con su promesa de venir a Sevilla. Realmente han sido unos días de auténtica comunión. Él, a pesar de ser un grandullón, es una persona sensible y llena de humanidad. Nos ha enseñado su futura casa de retiro, ahora en construcción. Ha agradecido enormemente el dinero que le he dejado para la Bone Case (de parte de la gente de España) y nos ha acompañado a coger el autobús.A pesar de que nos prometieron un máximo de 4 horas de camino, han sido casi 5 y media.


Douala es una ciudad más agresiva; "atascada", literalmente, de coches. Hemos llegado al hotel Nguesi, del tío de Jean Jule. No está mal, teniendo en cuenta las circunstancias. Me ha tocado la habitación más grande y una cama estupenda para ser compartida. ¡Qué pena! Hemos ido a cenar a la ciudad. Un sitio digno según los cameruneses, aunque pensé por un momento que el techo se nos caía encima. Nos ha acompañado Leo, primo de Jean Jule. Comienza una nueva etapa que será sobre todo de contacto con las familias de los inmigrantes cameruneses en Sevilla.





19-7-08

Huyen del hastío, de un presente que se impone sin condiciones; cansados de buscar la línea del horizonte y sólo encontrar lo puramente dado.

Es lo que he entendido al leer la mirada triste de Gislaine, hermana de Jean Jule y que ha sido la primera persona con la que hoy nos hemos entrevistado. Una chica tímida, prudente y enferma; agradecida de habernos querido encontrar con ella y traerle algo de su hermano. Esa tristeza de fondo que ese encuentra en muchas mujeres africanas.Pero sólo los más fuertes pueden irse.Y los pobres entre los pobres, aquí, entre otros, son los refugiados. Han venido a recogernos más tarde en nombre de Daniel, el presidente de la asociación de refugiados. Al llegar en el taxi, Paco se ha dejado su mochila en el maletero con las dos cámaras. El chico que nos ha recogido ha intentado encontrarlo en una moto-taxi, sin conseguir nada. En la cámara de vídeo estaba todo el reportaje de la Bone Case. Hemos tenido que hacer (sobre todo Paco) un ejercio de desprendimiento, en este país obligado a vivir desprendido, a veces, de lo más elemental.

En la asociación nos estaban esperando un grupo de refugiados, mujeres en su mayoría, de distintos países. Daniel nos ha contado la terrible situación de todas estas personas a las que se les niega su estatuto y eso los convierte, primero, en seres sin ningún derecho, y segundo, en posibles encarcelados. La situación de la prisión aquí es inenarrable. (Cabida para 700 u 800 personas. Internos actuales y malviviendo: 3500) Nos han dejado fotos y documentación junto con 2 proyectos para APDHA. Nos han pedido ser "palomas mensajeras" de su situación y nos hemos comprometido a serlo.

Luego hemos quedado con Julie, la hermana de Armel, que nos ha recogido y llevado a su champita en medio de un barrio de chavolas donde las aguas fecales corren por los callejones donde juegan los niños. Esto, que parece de documental es tan cierto como la acoida en la casita de esta familia y como la tierra roja de este país. Allí nos esperaba su madre, emocionada de que su hijo estuviera bien protegido en España por nosotros; una tía, las 2 hijas de Armel (silenciosas y observadoras de los extraños personajes que llegan a su casa) y otros 2 pequeños hijos de otra hermana.La hospitalidad, en ese lugar limpio, en medio de tanta inmundicia, ha borrado las imágenes del recorrido. Una comida tradicional camerunesa bien cocinada y servida, y, encima, bastante buena. (De destacar el arroz especial traído del pueblo). El tercer momento más emocionante del viaje ha sido para mí, en este ambiente de acogida en medio de la miseria, la conversación con Armel desde España. Su emoción, su gratitud al saber que estábamos con su familia. Gracias, Señor, por tocarnos el corazón de esta manera. Mi viaje está lleno de sentido. Los pobres nos dan de comer a los ricos y se alegran de lo que hagamos por sus hijos, sin darse cuenta de que son ellos los que enriquecen nuestra vida; la real, la profunda, la auténtica vida.

Luego, ya nos estaban esperando Anette y Marlyse, las hermanas o esposas (no hemos sabido averiguar) de Armand y Clotaire. Les hemos entregado los paquetes y hemos charlado un poco con ellas en medio de grandes silencios, pues, como comprenderás, el día ha sido intenso.

En medio de este rato han llamado a Paco para decirle que en Sevilla le habían roto la ventanilla de su coche para robarle. Daniel ha llegado de nuevo al hotel, a traernos las fotos que hoy nos habíamos hecho y ha entregarnos un nuevo CD con documentos. Nos ha contado nuevas historias. Conmociona también comprobar la clandestinidad en la que tiene que moverse este hombre. En ninguno de los 2 momentos ha querido que nos vean con él en la calle.Este cúmulo de sensaciones hemos tenido que pasarlo por la oración, aquí en mi cuarto (la suitte). Ha sido un momento especial de comunión, de descarga emocional (yo cual Magdalena, jajajaj) y de tratar de ver desde Dios todo lo que nos está pasando.Gracias, Señor, por tanta semilla de esperanza y de vida en medio de este lodazal. Creemos en tu palabra. Bendice a la gente con la que hoy nos hemos cruzado. (Incluso al taxista que se ha llevado las cámaras.)

21-7-08

Emile tiene 41 años y lleva más de 20 con unas úlceras en las piernas que casi no le dejan andar. Es agradecido con la vida, con la gente que lo cuida, con Dios e incluso con nosotros que sólo hemos pasado unos minutos a saludarlo, a pesar de los terribles dolores y de que nadie de su familia viene a visitarlo. Cuando le he deseado buena suerte en mi francés chapurreado, me ha dicho que el buen Dios le dará buena suerte. Vive con otros enfermos en la leprosería de Ladibamba, coordinada por las carmelitas misioneras. Ayer mi madre me habló de la posibilidad de que la visitáramos pues estaba cerca de Douala; le dije que no tendríamos tiempo, pero... la lluvia ha impedido que fuéramos a Limbe a pasar un día de playa. Así que nos hemos ido los 4 (Paco se ha quedado porque el taxi, extraordinariamente, no admitía más gente) después de las diligentes gestiones de Tshilanda, nuestra hada madrina.

Ladibamba es una leprosería con más de 50 años y una larga historia. Está dividida en pabellones con varias habitaciones distribuidos por calles. La lepra ahora puede curarse, así que los enfermos que viven en ella son, o bien temporales, o bien antiguos leprosos que no tienen donde vivir, o bien otros enfermos que no son atendidos por su familia (tuberculosos o personas con problemas de heridas, etc.)Tiene escuela para los niños del pueblo (que se creó de los hijos y nietos de los antiguos leprosos), dispensario donde una hermana médico atiende a la gente que se le acerca, hace injertos, cura heridas... un laboratorio para análisis... Su gran capilla, la casa de las hermanas...Todo esto nos lo ha mostrado generosamente la hermana Mari Ángeles que lleva más de 20 años en África, una ocense en apariencia seca, pero que nos ha enseñado con esmerada atención las instalaciones y nos ha regalado la oportunidad de visitar algunos enfermos, sobre todo a los leprosos más ancianos. Todos llenos de gratitud, de esperanza y de simpatía.

Quiero dejar constancia en mi corazón de ellos, porque así lo he prometido, aunque ya se me hayan olvidado la mayoría de sus nombres.
Ayer olvidé escribir la experiencia del día. La mañana fue la de blancos del primer mundo comprando regalos. Antes estuvimos en la misa en la catedral (gregoriano puro y duro. Dos horas). En la puerta borré sin querer todas las fotos y vídeos que llevaba realizados hasta ahora. Pensamos que todo esto no era casualidad; que se nos estaba pidiendo que también nosotros viviéramos un poco la desposesión y el desprendimiento. Ni siquiera tenemos derecho a apropiarnos de sus imágenes, sus rostros que en nuestro afán de consumo también queremos llevarnos. Habrá que anotarlos fuertemente en el corazón. (Se ha perdido todo de la Bone Case y de los niños).

Por la tarde, un encuentro duro con Romeo, hermano de Guillem, aquí en el hotel. Sus padres, ancianos los 2, viven en el campo, en una casa cuyos palos están podridos y cayéndose. Su padre, porteador, con 72 años, sigue empujando carros con mercancía y su mujer trabaja en el campo, en el trozo de terreno que tienen. Él, si tiene algo de dinero porque le haya salido trabajo, come, si no, pues no lo hace.

Se entienden sus ganas de irse a Europa, a pesar del camino, a pesar de que le hablamos de la crisis y de la falta de trabajo, a pesar de que su mismo hermano en Sevilla ahora no lo tiene.

Dice que en enero saldrá. No hay otra salida. Que Dios lo conduzca en su éxodo.Hoy, como llovía, hemos celebrado la Eucaristía en la "suitte" por la mañana. Luego, la leprosería, y más tarde hemos vuelto a quedar con Gislaine que ha venido con Yoland (la novia de Jean Jule) una chica de 19 años que sigue esperando a su amor que hace 4 años que se fue. Nos han traído algo para él, dos botellas de cristal para nosotros llena de "harachits" y otra de "croquets". Los empobrecidos siguen regalándonos lo que tienen y eso nos llena más que nada.De nuevo me siento pequeño ante ellos, pequeño ante su gratitud y su generosidad. De nuevo me llevo tanto de cada uno que compruebo que yo era el realmente pobre. En medio de la reunión de la tarde ha venido Bienvenu, hermano de la mujer de Armand (al final hemos averiguado el misterio. Yo trataré de comprender tanto ocultamiento de una persona que ha vivido conmigo tres meses).

Gislaine, una joven tímida pero con un encanto especial, ha pedido que rezáramos juntos; y así, en el bar cutre del hotel, todos hemos pedido a Dios por los que están aquí y los que se fueron. Hemos rezado la oración más universal y hemos cantado alabanzas a Dios por su bondad. Mañana, de nuevo viaje y a comenzar la última etapa.

23-7-08

"Si voy a vivir dos o tres años, no me importa. Lo que realmente me importa es vivirlos a tope." La esperanza de vida por aquí ronda los 50 años. Tshilanda cumple mañana 53 y vive agradecida por ellos y con ese deseo de vivirlos profundamente. Así de vitalista, de intensa es ella. Detallista, servicial, atenta, sensible, alegre, pendiente siempre de las necesidades del otro.Ha sido el gran regalo de este viaje.

Ayer viajamos hasta Yaoundé; esta vez, teniendo en cuenta los anteriores, el medio de transporte ha sido todo un lujo. Un autobús de los de verdad, con aire acondicionado y con peli incluida, de esas de las de tías buenas y carreras de coches. A pesar de que el conductor se pensaba en algunos momentos que llevaba un vólido, hemos llegado sanos y salvos.

La vecina nos tenía preparado el almuerzo. Así es la gente de generosa aquí. Una tarde tranquila, haciendo cuentas y planificando.

Hoy en la mañana ha tocado limpieza de la casa. Yo he estado con Tshilanda en un mercado cercano. Después de comer hemos salido al centro de la ciudad a una casa de los salesianos donde nos hemso reunido con el grupo Rahab, mujeres prostituidas que se reúnen coordinadas por la institución teresiana desde hace 11 años. La mayoría son enfermas de sida. Muchas con hijos. Una de ellas ha contado el tetimonio de una paliza brutal que recibió la semana pasada del hombre que vivía con ella desde hace 6 años.

Lo más entrañable de la tarde ha sido la llegada de Manuel y Manuela dos mellizos de nos más de dos años, hijos de una de las chicas. Han hecho las delicias de los españoles. Luego, mientras que parte del grupo se ha ido a comprar, Paco, Priscile y yo hemos estado paseando por la ciudad. De vuelta hemos disfrutado de uno de los grandes atascos de estas ciudades. Hervideros de gente que cruza, motos, los 4 ó 5 carriles que se imporvisan, ambulancias, policías. La ebullición del anochecer.




24-7-08

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Este es un lugar sosegado. Lo llaman el cenáculo. Está en lo alto de una colina que domina parte de la ciudad. Hay una pequeña capillita en forma de choza. Palmeras, plataneras y otros árboles y matorral que pintan de verde el lugar. Al silencio y al canto de los pájaros se une el ruido de la ciudad: varias sintonías de las que forman parte de la banda sonora de este país y coches y voces humanas. Pero no contrasta con el entorno, sino que forman parte de él, le da enjundia, vida, historia. Aquí, en este lugar de oración, pido a Dios que sea historia de salvación
Hemos seguido celebrando el cumpleaños de Tshilanda comiéndonos un bocadillo en un parque, rodeados de docenas de niños que nos ofrecían sus mercancías. Luego, un atasco monumental para volver y esta vez con un gran solano de frente como regalo. Priscile nos ha invitado a garrapiñadas en su casa. Un barrio de calles de tierra. Hemos conocido a sus dos hijos que nos han representado una pequeña fábula. Luego, ella nos ha contado un cuento en español.


Hemos vuelto para preparar la cena especial, a la que también hemos invitado a Priscile. Un pollo estupendo que nos ha hecho nuestro mejor cocinero Sergio. De postre, sorbete de "coeur de beuf" y pastelillos (todo un lujo). Bailes, regalos, felicitaciones y sobre todo la vitalidad que desborda en esta mujer agradecida y enamorada de la vida y de la misión. La Eucaristía la celebramos esta mañana al lado del cenáculo, en la iglesia que dicen que es la más antigua de Yaoundé.

25-7-08 Contactos: Es necesario el roce. Sea como sea es vital para entender que no se está solo. Hombros, espaldas, pelvis. Hombres con mujeres, mujeres con mujeres, hombres con hombres... y la música como excusa. O mejor, la música es la alegría, como nos dice monsieur Paul, el camerunés taxista, amable y gentil que hoy nos ha invitado a cenar y a escuchar música tradicional.


La mañana de embajada. Al menos es lo que pretendían mis compañeros de viaje. Yo, menos diplomático, los he acompañado para no dar la nota. Pero la medio fiesta en España por Santiago ha sido la excusa para que aquí decidan tomarse el día de vacaciones; así que nada de diplomacia. Luego hemos estado comprando en el centro, esta vez sin Tshilanda, ya como verdaderos campeones.

La tarde, para dormir, que falta hacía. Y luego, nos hemos ido con Priscile y Paul como anfitrión a la Maison Blanche a cenar "poison bresé" y a beber cerveza. ¡Vaya delicia de pescado! Luego, como Sergio tenía tantas ganas de ambiente camerunés hemos ido a un bar donde había un grupo tocando la música tradicional. Una "terraza de verano" llena de gente plena de vida y de alcohol. Esto último ha ido enrareciendo el ambiente. El ritmo. Hace temblar cada músculo del cuerpo y los hace bailar de tal manera que envidias su sangre y sus genes. El ritmo te toma y parece como si tú también tuvieras algo de ellos, algo que con voz ancestral despiertan el xilófono y el tan-tan.

26-7-08

El síndrome del turista, aunque sea del "turista social" no hay quien pueda dejarlo atrás. Sobre todo si somos del "primer mundo", el mundo del consumo, el consumo de lo material. Eso se especifica en la forma de querer poseer, parece que poseyendo objetos (los típicos recuerdos de artesanía), lo propio del país, vamos a llevarnos su esencia. Es algo que parece inevitable, en lo que caigo y que a veces me parece un poco compulsivo.

Hoy, por lo tanto, mañana y media tarde de compras, una vez más. Yo tenía claro que ya estaba bien, pero al final he estado comprando unas telas (preciosas, por cierto).

En esa nueva borágine de consumo, lo más bonito y entrañable ha sido el encuentro con las hermanas de Nuestra Señora de la Compasión. Bonito nombre. Recorriendo Yaoundé, buscando algo y no dando con ello, hemos encontrado su casa. Piedad e Isabel, dos españolas que nos han acogido estupendamente, nos han enseñado parte de su ella, contado su obra en Camerún, su carisma y sobre todo, nos han resguardado de la fuerte tormenta que ha comenzado mientras entrábamos en su casa a preguntar por lo que buscábamos. Nos llevamos su cercanía y amablidad. También la simpatía de Hilaire, su taxista particular que luego nos ha acompañado. Por la tarde ha llegado la guitarra que hemos estado soñando todo el tiempo. Después de la oración y de la cena nos hemos despedido con unos cantecillos. "Tomado de la mano" que ha sido la banda sonora de estos días y con la que Tshilanda vibra. Y para acabar, "Te cubriré".

27-7-08

Mañana, a estas horas, estaremos en el aeropuerto esperando embarcar para España. Hoy hemos comprobado una vez más la cercanía, acogida y solidaridad de la gente de aquí. Temprano nos ha recogido Jules, hermano de Florance (camerunesa de la parroquia en Sevilla) y su cuñado. Nos han llevado a su casa y hemos pasado toda la jornada con ellos. Una familia numerosa que nos esperaba para demostrarnos su afecto y agradecimiento. Creo que la labor de los que están en España ha sido fundamental para tanta demostración de generosidad. Fotos familiares, historias, los refrescos y cervezas camerunesas oportunas; a Lola le han regalado un "Kabab" (ni idea de cómo se escribirá) el vestido típico camerunés; y luego nos han invitado a almorzar. Las niñas nos han cantado y bailado y nosotros también lo hemos hecho. (Lo más rocambolesco: El himno del Sevilla. Mi hermano estaría orgulloso de mí).

Luego hemos ido a la Eucarístía a la parroquia de Priscile. Cantos tradicionales en su lengua, una iglesia bastante sencilla de gente muy humilde. La Eucaristía, aunque sea en lenguas desconocidas para nosotros, nos hacen más cercanos al pueblo, más pueblo con ellos. Después una cena generosa, preparada con cariño por Tshilanda, hemos visto fotos de sus viajes, hemos seguido explotando la guitarra que con tanto cariño nos ha buscado Priscile. Cantos que hacen vibrar al mundo y Tshilanda así nos lo demuestra.


Madrugada del 29 de Julio de 2008.

Contactos (desde el avión)-

O uno se relaja y confía o se pone siempre al borde del ataque al corazón. Me refiero, sobre todo, cuando vamos montados en los taxis. En cientos de veces el "a punto de" ha estado en nuestras mentes y en nuestros dedos de los pies encogidos. Hoy se ha producido, por fin, el contacto presentido. En el taxi, con Tshilanda, después de dejar a mis compañeros en la embajada española (por fín), me he ido con ella a hacer unas compras. El contacto (crash) ha sido con otro taxi, un roce de los de verdad, de puerta a puerta. Unas palabras en voz alta y adelante, ni siquiera se han detenido. Teniendo en cuenta que el 90 por ciento de los taxis en los que nos hemos montado tenían las lunas delanteras rotas, no hay que darles más vueltas al asunto.

- Antes nos ha visitado Rodrigue, el hermano de Armel, que ha desayunado con nosotros. Un chico entrañable, tímido pero afectuoso, con algunos gestos de su hermano.El embotellamiento que como traca final nos ha cogido hoy, se ha llevado también casi tres horas para las tres cosas que teníamos que hacer.

- Una furgoneta ha doblado su espejo retrovisor lateral rozándome la esplada cuando bajaba del taxi y ella pasaba por la carretera.


- Luego hemos celebrado la Eucaristía de memoria del martirio de Pedro Poveda. Las chicas del grupo Rahab, Priscile, Jacki, su novio y su hermano junto con nosotros hemos festejado de nuevo la vida, la solidaridad, los días vividos y el ejemplo de los que son sal y luz del mundo.Luego, comida camerunesa por un tubo. Baile, más contactos, la existencia celebrada buscando su lado más positivo, el de las ganas de seguir viviendo, mirándonos a los ojos, rozándonos, tocándonos. De nuevo, nos han dejado un agradecimiento que nos queda grande y nos abruma.


- Paul, el amigo de la gente, con otro taxi más, nos han traído al aeropuerto. En el camino, más contactos, el de los enamorados "adolescentes".

- La espera, la despedida, Paul y Paco de la mano por el aeropuerto, al estilo africano. Los abrazos, los besos, la emoción contenida, la gratitud... Camerún, España. Contactos.