miércoles, 20 de mayo de 2009

Inacabado

En el principio existía el dos. El ambos, la conjunción, el eclipse. Y la pasión entre ellos y la fluidez de sus miradas, y la complicidad. El acuerdo, el desacuerdo y el ardor en la noche fría. El roce, de sus pieles y de sus almas. El contacto... y el contacto producía mucho fruto, hacía sonreír a la tierra y ella aplaudía encandilada, porque tampoco ella fue nunca una sola. Y en el principio eremos tú y yo. Y lo más real de ambos era el abrazo y el garito que lo envolvía y aquello que parecía fusión pero que respetaba nuestras esencias porque nuestras esencias eran el para ti. Y produjimos mucho fruto, frutos de nuevas posibilidades, de aquellas que no existían, frutos de siempre de aquellos que agrandan el mundo porque el mundo también era dos.
Pero se empeñaron en el uno y el dos dejó de serlo y aquello que le hacía ser lo que era. Inventaron leyes para separar, para dividir, para censurar.Y dejamos de ser dos para ser uno cada uno. Y nos desterraron a tierras diferentes incluso dejamos de hablar el mismo idioma.
No sé a ti,pero a mí me queda la querencia, aquello que no me hace satisfecho. La herida humana del uno se ha hecho patente. La humanidad rota nos acoge a cada uno en su parcela. La angustia del desapego es el dolor de los hombres...