lunes, 24 de agosto de 2015

Afortunadamente para muchos nunca fueron necesarias semejantes reflexiones ni consideraciones. La apertura a una realidad circundante que no tiene por qué asustar, la consideración de la propia fragilidad y la certeza de pertenecer a la corriente de ternura y compasión del Dios-Amor hacen que estas explicaciones suenen hasta ridículas. Para otros, la propia praxis pastoral hizo que se cayeran estas absurdas barreras... Pero como, increíblemente, hay otros muchos para los cuales la ley y la norma siguen siendo el criterio de actuación y que se están poniendo de parapeto para que la Iglesia no dé el salto desde su involución a la apertura a los signos de los tiempos, quizás sea necesaria una carta como esta. (Con la que no estoy de acuerdo tampoco en todos sus términos, pues, pretendiendo poner la misericordia por encima de la ley, cae en un exceso de pretendida lógica y raciocinio. La compasión no necesita tanta justificación. La compasión, siendo una manifestación del amor, simplemente es y no necesita razones).
Afortunadamente también me siento fuera de estas discusiones "ad intra". Hace tiempo que elegí el "ad extra". Pero si esta carta y petición sirven para algo, ahí las dejo.


https://www.change.org/p/a-las-personas-de-buena-voluntad-firmen-la-petici%C3%B3n-al-papa-y-al-s%C3%ADnodo-para-que-permita-acceder-a-la-comuni%C3%B3n-a-los-divorciados-vueltos-a-casar?recruiter=false&utm_source=share_petition&utm_medium=copylink

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