sábado, 13 de abril de 2013

Cosas que ojo no vio ni oído oyó.

Inauguro una nueva etiqueta en este sucedáneo de blog. No es un apartado más. Es más, diría que me juego mucho en esto. Me juego ni más ni menos el poner en este balcón lo más profundo de mí mismo, y con ello, mi mayor tesoro. Considerando aquella frase de Jesús de "no echéis vuestras perlas a los cerdos" (Mt 7, 11), teniendo en cuenta que por aquí pasa poca gente, pero sí puede pasar  cualquiera, no sé si esto es uno de mis inoportunos desfases. ¿Qué me mueve a hacerlo entonces? Pues dos cosas: La primera que alguien me comentó el otro día que después de leer mi blog entendía que era una persona que había sufrido mucho (incluso se ofrecía a ayudarme). Transmitir esa imagen me preocupó. Mi vida ha sido un cúmulo de gracia, amor, ternura, compasión..., sobre todo en esta faceta que aquí quiero plasmar. La segunda, después de unos días de reflexión y oración intensos, la intuición de que quizás a alguien pudiera venirle bien leer algunas de estas cosas. Esto constituye mi historia de fe, aquella que Dios ha querido ir haciendo conmigo. Al releer algunas cosas me resultan muchas de ellas algo chocantes, infantiles... teniendo en cuanta que es historia, no quiero minusvalorar ni un ápice de lo vivido porque, aparte de mi literatura en su mayor parte barroca y excesivamente sentimentaloide, la historia no ha dejado de ser historia de amor y de salvación, y yo mismo me acerco a ella con los pies descalzos porque es terreno sagrado. Por eso mi miedo a que alguien lo profane, no por el daño que pudiera hacerme, sino por la profanación en sí... Por otro lado, me ha hecho dudar también el hecho de que esto vaya a convivir con otras "frivolidades". Pero, teniendo en cuenta que con la encarnación lo profano queda sacralizado, el recelo se desvanece. El velo del templo se rasga, por si hay alguna duda que nuestro Dios es Dios en la tierra, Enmanuel. Ya no hay separación, ni velos, la tierra entera queda convertida en ese terreno sagrado para todo aquel que sabe verla. Ojalá que a alguien le mueva algo. Evitaré escritos demasiado privados, que nombren a personas concretas o circunstancias muy personales. Me remitiré a lo puramente relacional. Procuraré hacerlo por orden desde que comencé a escribir, aunque no siempre será fácil porque no he sido muy ordenado y tengo algunos cuadernos por ahí desaparecidos.
Se verá mi evolución, creo que importante, la depuración de mi fe con los riesgos que eso tenga.
¿Sufrimiento? Sí, he sido un sufridor. Pero más que nada pasión. Sobre todo la pasión de un Dios por su hijo. Espero que eso pueda verse. Gozo, liberación, palabra...Principalmente. Como os decía historia de salvación.

14 de enero de 1995- 03 AM. Casa de la misericordia

Amado Dios, postrado ante tu infinita gloria, quiero adorarte eternamente como en esta madrugada y como lo hacen los coros de los ángeles que cantan cada uno el aleluya que forma parte de la canción de tu alabanza.
Jesús, Trinidad eterna, compañero fiel en mis abandonos constantes. Te amo con todas mis fuerzas y en ese amor deseo vivir y morir. Permíteme poder irradiar a la humanidad con el calor de tu aliento. Dame fuerzas para no defraudarte. Hazme ver tu constante opción por mí que pocas veces es correspondida. concédeme la fe que me falta esta noche...
"Velad para no caer en tentación".
Ante ti estoy, nada soy, poco valgo. Tómame en mi entrega vacía. Hoy sólo eso puedo darte. No quiero dormirme en el grito del mundo. No puedo permitir que el llanto de mi hermano sea mi nana de cuna. No puedo dormir mientras el mundo muere y me espera. No puedo tener sueño mientras tú mueres de soledad.
Espíritu Santo, Trinidad eterna, calienta mi tibieza. Enciende tu fuego en mi corazón de enero.

Hoy siento mi oración como una monótona letanía que se pierde en la lejanía de mi desierto. Sin embargo, tú sigues ahí. Y no sólo para mí sino para otra gente que ha desandado su estío. Mi vida sigue dejando escapar sus días como globos de feria. Es más, disfruto al verlos volar.
¿Por qué no te descubro en mi hastío? ¿Por qué no te encuentro en mis agobios? ¿Por qué no te veo en mi mañana inmediato?...
Padre, Trinidad eterna, no puedo seguir caminando si no escapo de mi propio burbuja que refleja únicamente lo que soy. ¿Y qué soy? A veces pienso que una burda imagen de la hipocresía del mundo. ¿Y me atrevo a quejarme de él?
Jesús, ¿dónde está el giro deseado en el rumbo de mi vida?
Empezaré rogándote por los que verdaderamente sufren. Ya está bien de autocompadecerme. ¿Es que mi situación me hace encerrarme cada vez más en el cuarto oscuro de mi egoísmo?...
Jesús, perdóname. Por mi mediocridad. Ten piedad de mí. Por mi hipocresía  Atiéndeme y ten misericordia. No puedo llevarte a los demás si verdaderamente no siento que te tengo...
Jesús, hoy me siento vacío de ti, pero con la seguridad de que estás. ¿Es eso mi fe? De todas maneras, auméntamela. ¡Qué fácil sería si caminara consciente de que vas a mi lado siempre!
Jesús, ¿qué soy? ¿quien quieres de mí? Hoy no lo veo claro. Quizás sea de noche en mi alma. Pero está tu luz.
Simplemente, aquí estoy. De nuevo vuelvo a estar. Pongo mi presencia en tu corazón sagrado pues es lo único que tengo hoy.
Borra mi presunción. Aniquila mi vanagloria. Qué sólo tú luzcas. Qué sólo tú brilles.

No hay comentarios: