Parece alto, pero no he podido verlo de pie. Posiblemente
nunca lo vea. Tiene una paraplejia debida a una caída por un terraplén cuando lo
perseguía la policía marroquí en el monte Gurugú. Sonríe marcando las
cicatrices de su cara como si todo aquello no fuera con él.
Tiene unas manos largas de finos dedos con los que mal
aporrea la guitarra y canta una canción maliense que suena dulce. Su piel
recobra textura y brillo después de ponerle al aceite de almendras que inu
nda
con su olor la habitación del hospital. Y dice que algún día bailará con mi
amiga que va a visitarlo cada domingo.
Uno más de tantos que vienen de la gran tribulación de
cruzar océanos de arena y de injusticia. Daños colaterales de un sistema que
pagamos con nuestra moneda de ignorancia y permisividad. Perseguido por la
guardia marroquí, aquella que hace de gendarme de nuestras fronteras, el
trabajo sucio silenciado por los nuestros porque alguien tiene que hacerlo y
nosotros no podemos porque somos los civilizados. Los de la gran civilización
que paga por pegar y por alambres y espinas y devoluciones al desierto y
violaciones y palizas y torturas en los calabozos y terraplenes en el monte
Gurugú.
Abdulay, con nombre,
con rostro y con historia. Y con heridas algunas irreversibles. Quién
contará tu drama, quien defenderá tu vida, tus sueños y tus piernas. Quien
gritará por ti esa canción que se ahoga en tu garganta.
Alguien devoto del Rocío te enseña la sevillana que suena en
tus labios como poema que te narra, que cuenta tu historia. Los curiosos juegos
de la vida:
Con la manga de mi camisa seco el sudor de mi frente
Seco el sudor de mi frente,
Y
sacudo las alpargatas de las arenas calientes, Y a cualquiera le dejo la manta pa que se tape o se acueste.
Camino, esfuerzo, dolor,
horizonte, miradas dejadas, vista adelante, pies, desierto, calor y frío,
camino, mano tendida, brazo en el hombro, caída, hermano, camino…
Adónde van los sueños
truncados, cercenados de raíz. Quién bailará tu música a partir de hoy. Qué
piel acariciarás con tus manos. Qué manos acariciarán las tuyas.
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