lunes, 18 de noviembre de 2013

Oh, mi aliento! (Respirando detalles)

Contemplé, absorto, que cada gota de existencia que derramaba en mi historia llevaba impreso el aroma de Dios. Fui testigo inmerecido de como los latidos de mis segundos sonaban al ritmo de la melodía de lo eterno. Y comprendí, no demasiado tarde, cual era la razón de por qué sigues suspirando, mi pequeña vida.

No hay comentarios: