viernes, 3 de mayo de 2013

1 de marzo de 1995- 00´25

Casa de la misericordia.

¿Puede acaso tu misericordia rebosarme? De nuevo quedas crucificado en lo que soy, mientras navego por tu sangre que blanquea mis carnes. ¿Cómo puedo condenarte una vez más a la muerte?

Despreciado, desecho de los hombre, maltratado no abrió la boca... (Is)

Permíteme nadar de nuevo en tu mar y sumergirme en su complacencia. Dibuja con tu dedo en la arena de mi culpa una caricia tierna que me haga sentir de nuevo pequeño entre tus brazos. ¿Por qué me amas tanto, Jesús? Quiero abandonarme en tu voluntad. Me gustaría acompañarte en tus horas de agonía pero ya sabes que de nuevo me quedaré dormido.

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