domingo, 10 de agosto de 2014

Ámate sin límites


Ámate sin límites, sin medida. Con toda la capacidad de tu ser. Sin miedos ni pudores. Abraza tu realidad completa como la madre a un niño pequeño o como los amantes. Dedícate tiempo, mímate. Atrévete a a acariciar tu cuerpo, pero sobre todo los entresijos de tu alma. 
Cuídate con toda la ternura de que seas capaz. Busca lo más conveniente en cada momento para que te sientas a gusto. Pero sobre todo disfruta de cada instante. Sabes bien lo que es mejor para tu cuerpo, para tu mente, para tu espíritu.
Come lo sano para tu cuerpo, ejercítalo para hacerlo bello y sentirte mejor. Piensa sólo lo sano para tu mente. Aléjate de lo nocivo y tóxico que despierta tu ego, lo enfada o lo entristece; apártate de situaciones y de personas que no te hacen bien. Haz silencio para sentir lo bueno, la esencia de lo que eres, el Amor que te habita.
Saborea lentamente la fruta que te comes, el sorbo de agua que te refresca... cada bocado, cada trago... Céntrate en cada uno de ellos. Empápate de lo que ves, de lo que miras, deja que te afecte. Huele con sumo disfrute el perfume, el mar, la tierra mojada, el aire lleno de matices... como si fueran olores generados para ti. Toca la roca, el cuerpo del amado/a, la hoja seca, la rama del árbol... como si te entregaran su esencia, como si fuera tuya, pero sin violentarlos, con ternura.
Cuida los detalles que hacen tu día a día más bonito. La decoración de la casa, un sorbo de vino, el descanso merecido.
Quiérete, ámate sin medida. Canta, sonríe, ponte guapo/a, disfruta, cánsate, tropieza y levántate, disfruta del camino más que del pensamiento sobre la meta. Si eres capaz, di en cada paso: aquí soy. Si eres capaz, párate a ser consciente de tu respiración; como cada inspiración, es un soplo de vida placentero. Como en cada espiración, esa vida se une a la única Vida que existe.
Si haces esto y todo lo que te vaya haciendo bien, si te amas sin límites, todo lo demás se te dará por añadidura.
Estarás amando a los que te rodean porque su aliento es el tuyo. Amarás a los que más sufren porque experimentarás esa compasión que nace de la única fuente de amor y querrás que también ellos la experimenten en sus vidas y harás todo lo posible para que así sea.
Estarás amando al resto del cosmos, de la naturaleza, de la Madre Tierra, porque habrás entendido que es una la Vida y que si no la cuidas te destruyes a ti mismo.
Ámate bien, no desde el ego destructivo y posesivo que necesita acaparar para sobrevivir, sino desde lo más profundo de tu ser que sabe lo que te conviene.

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