jueves, 4 de septiembre de 2008

Canto a mí mismo







El poeta de Long Island sigue despertando en mí esas "ansias de libertad" (como decía la canción de un viejo amigo) de la misma forma que cuando lo leí hace tiempo. Curiosamente tengo ahora los mismos años que Whitman cuando escribió este poema sinfónico al cosmos del que se sentía parte tan integrada y en relación. Esa comunión con la naturaleza, con los hombres y mujeres, tan vital, tan carnal y espiritual nos hablan de una solidaridad extrema muy al contrario de la primera impresión que el título de ese conjunto de poemas "Canto a mí mismo" pueda sugerir. Con él sigo construyendo este espacio de libertad que agranda mis fronteras. Identificado con el comienzo de su libro y con su permiso, tomo lo que es suyo, porque también es mío (hoy más que nunca) y espero que sintáis vuestro.


Yo me celebro y me canto,
y de lo que me apropie te debes apropiar,
pues cada átomo mío te pertenece.
Ando vagabundo e invito a mi alma a que también lo haga,
ando vagabundo y me tiendo a mis anchas a mirar un tallo de hierba estival.
Mi lengua, cada átomo de mi sangre, se formaron de este suelo, de este aire.
Nacido aquí, de padres cuyos padres también nacieron aquí, al igual que sus padres,
a mis treinta y siete años, con una salud perfecta,
he empezado a vivir, y sólo espero no dejar ya de hacerlo hasta mi muerte.
Que se callen ahora las escuelas y los credos,
me sirvieron y nunca he de olvidarlo.
Acojo el bien o el mal, dejo que todo hable sin importarme el riesgo,
a la naturaleza sin frenos con su energía originaria.


Walt Whitman

2 comentarios:

Manu dijo...

Impresionante Whitman.

Te dejo unos versos de Lorca (Poeta en Nueva York) dedicados a él... quizá el retrato más hermoso que se le ha hecho.

"Ni un solo momento, viejo hermoso Walt Whitman,
he dejado de ver tu barba llena de mariposas,
ni tus hombros de pana gastados por la luna,
ni tus muslos de Apolo virginal,
ni tu voz como una columna de ceniza;
anciano hermoso como la niebla
que gemías igual que un pájaro
con el sexo atravesado por una aguja,
enemigo del sátiro,
enemigo de la vid
y amante de los cuerpos bajo la burda tela.
Ni un solo momento, hermosura viril
que en montes de carbón, anuncios y ferrocarriles,
soñabas ser un río y dormir como un río
con aquel camarada que pondría en tu pecho
un pequeño dolor de ignorante leopardo."

Por cierto... bonita presentación fotográfica (ya sabes, eso es de nivel de dificultad medio, como el pollo al chilindrón).

Te sigo leyendo. Una vez más, enhorabuena por tu blog, espacio de libertad. Abrazos.

Nono dijo...

En la puerta que da a la calle de mi casa tengo pegada la poesía de Whitman "No te detengas" empieza así: No dejes que termine el día sin haber crecido un poco,
sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños.
No te dejes vencer por el desaliento.
No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte,
que es casi un deber.
No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.
(...)